1. Orgía en un cine porno


    Fecha: 30/11/2017, Categorías: Gays Autor: SantiagoRodriguez, Fuente: SexoSinTabues

    ... de que se chorree por los costados, si no apesta a mierda todo”, dijo. El ahora exgrifero acotó: “voy a mear por partes, para darle tiempo a que se tome toda su manzanilla”. Nunca había recibido orina en la boca, era mi primera vez y la verdad es que no me pareció tan desagradable; el olor era intenso, el sabor también. Se tomó varios minutos en terminar de orinar lo que a mí me pareció como varios litros; demoró especialmente porque había empezado a erectarse, luego terminó de orinar coincidiendo con la nueva eyaculación de mi cachero, otra vez dentro de mi culo. La última embestida me tuvo en el aire varios segundos; como yo me incorporé para no caerme, el exgrifero aprovechó para levantarme el polo y lamerme las tetillas ¡Eso me hizo venirme casi de inmediato y boté tanto semen que yo mismo me sorprendí! El placer fue intenso. - “Ahí está toda la leche que has recolectado hoy”, me dijo mi cachero riéndose, sin salirse de mi culo. Las piernas me temblaban, las manos también, estaba muy cansado; mi cachero, aún sin sacarme la pinga del culo, me ordenó agacharme y yo obedecí como pude, pues estaba agotado. - “¿Tanque lleno?”, me preguntó, y sentí que empezaba a orinar dentro de mí, “Tengo bastante como para llenarle la conchita a mi jermita”, agregó. La gente seguía entrando y saliendo del baño, todos se dirigían a los urinarios. - “Aquí ...
    ... se orina mejor”, les decía mi cachero señalando mi boca mientras seguía meando dentro de mí. De los que llegaban, algunos se acercaban y optaban por mear en mi boca, otros solo nos veían y se masturbaban; varios la dieron en mi cara y un par quiso darla en mi boca, a lo que accedí y además me tomé la leche sin pensar. El ahora exgrifero estaba masturbándose a un lado y le dijo a mi cachero que la quería dar dentro de mí. - “La perra es toda tuya”, le dijo, y me sacó la verga. De mi culo brotaba leche y orine sin que yo pudiera contenerlo. El exgrifero me la metió de golpe, embistió unas cinco o seis veces con toda la fuerza que podía y se vació con un grito de placer… en realidad con varios gritos; al terminar, se salió de mi culo, se acomodó el uniforme y se fue. Quedé a solas en el baño con mi llenador de tanque, tratando de controlar los fluidos que brotaban de mi culo; él me tomó de un brazo y me llevó con él a las butacas del cine sin darme tiempo a limpiarme o acomodarme la ropa, se sentó y me obligó a sentarme a su lado; me pasó un brazo por encima del hombro y con su mano debajo de mi polo, me acarició una tetilla. Yo respondí poniendo mi cabeza sobre su hombro. Él me agarró la cara con su otra mano y me dio un beso con lengua, otra vez inesperado y apasionado. “Eres bonito”, dijo; “¿quieres ser mi hembrita?”. “Ya lo soy, le dije”. 
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