La protestanta y yo - Relatos Eróticos

La protestanta y yo

Hola. Les relataré lo que me pasó con una señora aquí, en mi pueblo. Una señora de faldas largas me entregó su culo.
A las afueras de las escuelas encuentra uno amistades y enemistades, de todo entre los padres/madres que van a dejar a sus hijos a las escuela. Yo entre ellos. De entre l@s otr@s, descubrí a una señora que pertenece a una confesión religiosa donde usan largas faldas y pañoleta a la cabeza, muy buenas gentes. Quizá el físico de la señora no os impresionará pero me llamó la atención: alta, para los estándares del pueblo, de 30 años, piel blanquita, cabello largo castaño, una carita bien proporcionada y un trato exquisito, llenita que, con esas faldas, no se le notaba el culo, pero bien que la levantaba, a pesar de usar blusas flojas, se notaban unas tetas grandes. A quien llamaremos Ami, por no usar el real. Quería conocerle y se dio la oportunidad por una amistad común. Comenzé a tratarla, quedé vilmente, atraído hacia ella. Como soy divorciado, por lo menos para mí, sin problema. Una mañana sin más, que se la canto:" .....¿sabe una cosa Ami...?, Usted me atrae mucho y me gustaría besarla...", se quedó muda, tan sólo se retiró sin siquiera despedirse, nada. Pensé que había arriegado todo, ni modo, era todo o nada. Una semana después, citan en junta general para avisar de la suspensión por contingencia, que veo a Ami, conformandome con verle de lejos. Para mi alegría, se acercó a mí, me saluda muy bien y me dice:" mañana lo espero aquí afuerita, como a las ...

... 7", con voz bajita. Mi felicidad regresó, pensé en disculparme. Al otro día llegué antes de las 7, un poco obscuro,  Ami llegó en punto y me indicó que me subiera a su auto. La escuela está un poco alejada del pueblo, por lo que no había nadie alrededor. Me preguntó si era verdad lo de que me gustaba, sí, le dije, me volteó a ver y me dijo:"...no digas nada..." y nos comenzamos a besar, de besos de piquito pasamos a besos de lengua, me super-prendí, al fin estaba ahí con ella, metí mano a su blusa, unas tetas ricas me estaban esperando, le desaté el sujetador y las chichis brincaron dentro de la blusa, las saqué desabotonando cuatro botones y las comenzé a chupar, blanquitas con los pezoncitos rositas que se fueron poniendo rojitos, ella sólo me acariciaba el cabello y gemía, con la otra mano, comenzé a meter mano por atrás de su falda, sentí su calzón "mata-pasiones" y metí más la mano, palpee su rayita, Ami sólo resoplaba con gemidos bajitos hechando  la cabeza hacia atrás, y descubrí su ano. Sólo brinco un poco, para ese momento, levantó un poco la cola de lado y pude llegar hasta su pucha. Sentí sus pelos y descubrí su clítoris, todo empapado, saqué la mano y ya, tragando gordo los dos, le bajé su faldota, buenas piernas, algo "aflojado" el vientre pero aún muy rica, ella muy sumisa a lo que hacía, nos pasamos al asiento de atrás, como su esposo le polarizó los vidrios, no se veía nada. Apenas me pasé, me la siento encima, ya había sacado la verga y bajado a medias el ...