1. Misma escuela, diferente uniforme


    Fecha: 03/05/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: BigBadWolf, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Cuando sonó mi despertador n necesité más de un par de segundos para desperezarme. En cuanto abrí los ojos recordé el día que era y lo que iba a hacer y eso bastó para que un rush de energía recorriera mi cuerpo. 
    Eran las cinco de la mañana y afuera aun estaba oscuro. Me metía a la regadera y me di un rápido baño con agua caliente. Después de ello me depilé completamente, de las cejas hacia abajo, teniendo particular atención en mi entrepierna, dejándola suave y tersa, así como mis piernas. 
    No soy un chico peludo por lo que la tarea me llevó poco tiempo. Me depilé las axilas, las piernas que, una vez rasuradas, lucían largas y esbeltas, los brazos, todo. Cuando me vi al espejo me di cuenta que parecía un niño o mejor dicho una niña. Había aprovechado las vacaciones de verano para dejarme crecer el cabello -más por rebeldía que por otro cosa- y llegó a alcanzar mis hombros. 
    Me gustaba la imagen que proyectaba. Mi piel es blanca y sobre mis hombros caía mi largo cabello negro aun envuelto en el vapor de la ducha. Mis ojos verdes se veían enmarcados por mis largas pestañas, las cuales todos en el colegio me decían que yo enchinaba, cuando en realidad han sido así por naturaleza. 
    En fin. Poco después de las cinco y media de la mañana yo estaba nuevamente seco, con una toalla alrededor de la cintura y miraba mi cama. Sobre ella estaba la mayor aventura que había cometido hasta el momento: un par de largas calcetas blancas, una falda hasta la rodilla azul marino, una ...
    ... blusa blanca con cuello del mismo color que la falda, un par de zapatos de colegiala con broche al costado y la bolsa de maquillaje de mi hermana. 
    Verán, mi escuela está dividida en dos grandes edificios: uno de ellos es exclusivamente para varones, en el cual he pasado tres años rodeado de mis amigos, hablando de cosas de hombres, peleando por cosas de hombres, pensando cosas de hombres y siendo educados por hombres. El otro edificio claramente es para las chicas donde… bueno, no tenía idea de lo que sucedía. Nadie la tenía. Y digo nadie porque los hombres teníamos estrictamente prohibido relacionarnos con las chicas. De hecho teníamos horarios de recesos, entradas y salidas diferente, todo para que no congeniáramos mucho. 
    Bueno, a mi siempre me ha parecido una verdadera estupidez del siglo XIX ese tipo de enseñanza. No sé que es lo que quieren ocultar los profesores o porque nos mantienen divididos, pero lo cierto es que más que beneficiarnos, a los chicos nos volvía locos tener a las mujeres a un patio de distancia y no poderles siquiera decir “hola”. Por lo que me pareció interesante entrar de incógnito el primer día de mi último año. De nuevo, más por rebeldía que por curiosidad verdadera. 
    El único que sabía de mi hazaña era Fernando, mi mejor amigo, quien me cubriría en la escuela ese primera día diciendo que estaba enfermo del estómago pero que iría al siguiente. Es decir, nadie hace nada los primeros días de escuela, sólo es presentarnos una y otra vez con los ...
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