1. Culos de macho. Alexis I


    Fecha: 02/05/2020, Categorías: Fetichismo Tus Relatos Autor: Omar Camarillo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Ese día en la tarde lo vi por primera vez: Alexis, un hetero joven más, de esos que aflojan cuando sacas la cartera. Yo era su profesor, pero nuestras edades no eran demasiado lejanas. Apenas nos separaban tres o cuatro años, pero que él fuera más joven, aunque fuera poco, me excitaba. 
    Ese lunes por la tarde lo vi en una tarde calurosa, y no podía dejar de pensar en cómo le olería el culo sudado de todo el día, cómo olería su bóxer, por detrás y por delante. Me imaginaba que mi cara fuera su asiento, mientras él ponía su culo de macho encima, para darme ese olor tan preciado que me vuelve loco: el de un culo sudado de macho. 
    	Siempre me han obsesionado los culos de los hombres. Todos tienen lo suyo, pero los de machos heteros jóvenes, de esos machos que te tratan como su compa, esos me hacen perder la cabeza. Entonces, estaba detrás de ese culito ahora, el de Alexis. Un viernes varios de mis alumnos—incluido él—y yo nos fuimos a tomar unas cervezas a un bar cercano a la universidad. No desaproveché la oportunidad para acercarme a ese macho, que traía un pantalón ajustado que se me paraba la verga nomás de verlo, de imaginarme su ano abierto y oloroso en mi nariz, y respirar su apestoso olor, entre mierda y sudor, mierda de macho y sudor de macho. 
    	Empecé a platicar con él y nos hicimos compas rápido. Yo le seguía sus comentarios sobre las chicas que veía. Él hacía comentarios más o menos guarros y eso me excitaba, verlo deseando cogerse a alguien. Así que le seguía el ...
    ... juego, y le invité unas cervezas porque mientras más borracho estaba, más guarro se ponía, y obviamente aproveché eso y alimenté su güarrez comprándole trago tras trago, tequila, cerveza, y comida. En ese momento, ya sentía que era mi macho, y él y yo estábamos empezando a jugar un juego en el que él sabía que a mí me gustaba, y él aprovechaba eso. 
    	Uno tras otro, todos los presentes se fueron retirando, y yo desde antes había anticipado que tenía que hacer que Alexis se emborrachara de manera que quisiera más y más seguir con la peda, así que él, diciéndole a los demás que eran unos putos, se quedó hasta que todos se fueron—obviamente después de preguntar si yo me quedaría. Yo le seguí invitando tragos, y le dije que nos moviéramos de lugar, que qué se le antojaba. Como dije, ya estábamos en el juego, y él era mi macho, al que yo iba a obedecer. Yo quería que se pusiera cachondo, y entonces, como él no decía nada, le dije que fuéramos a otro bar, que está justo a un lado de un table, donde bailan un montón de morras putonas. Yo le dije que fuéramos a ese bar para que se le antojara ver culos de morras, y me sugiriera él mismo entrar a ese lugar. 
    	Y así fue, antes de pasar al bar al que se suponía que iríamos, me dijo, “o igual y nos metemos al de al lado”. Él sabía que yo iba a hacer lo que quisiera, y que le iba a pagar todo lo que el macho deseaba. Así que nos metimos al table y al poco rato le pagué un privado. Yo quería verle la verga parada, quería verlo deseando ...
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