Un encuentro con mi hermana después de tiempo - Relatos Eróticos

Un encuentro con mi hermana después de tiempo

Era una noche de Junio, lluviosa por cierto, por la tarde, mi padre me llamo para avisar que mi hermana vendría a quedarse a mi apartamento para buscar trabajo y se quedaría conmigo mientras ella buscaba dónde quedarse, yo no me llevaba bien con mi hermana, Alejandra de 18 recién cumplidos, es de piel apiñonada, a diferencia de mi, que soy de piel un poco más blanca (por cierto, yo para ese entonces tenía 20), mi hermanita no está dotada en trasero y sus pequeños pechos apenas si sobresalen en su vestimenta, un poco reservada, pero para quien ya la conoce es muy desatada y amistosa con todos, pero eso no quitaba que para mí era muy pesada, en si, es mi hermanos somos únicamente nosotros dos, esa noche prepare la cena y cuando terminaba de montar la mesa, se abre la puerta entrando mi padre por delante y mi hermana con cara de sería, nos saludamos muy fríos, y se dispusieron a secarse la humedad y sacarse los abrigos, pues como dije, afuera caía un tormenton.
Pasamos la noche platicando temas familiares como la abuela, tías, primas, hasta que se hizo tarde y nos dispusimos a dormir, dejándole a mi hermana mi habitación por aquello de privacidad y durmiendo con mi padre en la sala.
Así pasaron 3 días, yo saliendo a trabajar temprano, mi padre quedándose con nosotros, y mi hermana cómo que ya iba desatándose un poco dejando la seriedad atrás, platicando cosas sin importancia, y que de niños nos importaba.
Al cuarto día de la estadía de mi hermana, llegué más temprano de lo ...

... acostumbrado, además que al siguiente día descansaba, llegué y vi a mi hermana mirando televisión, la saludé y pregunte por mí padre, ella me comentó que tenía que atender su negocio que tenía con mi madre, no sin antes hacerme la tarea de ayudar a Alejandra a llenar solicitudes e ir a buscar un empleo para ella, mientras yo por mis adentros refunfuñaba, pues no me parecía ocupar mi descanso en ella cuando se supone que mi padre se tuvo que ocupar de ese tema con ella durante el tiempo que llevaban.
Alejandra me miró, y me preguntó si quería cenar, diciendo que no, pues ya había comido en el trabajo y me sentía satisfecho, en el acto que la llame a mi habitación, que le preste mientras ella estaba conmigo para que tuviese listo bolígrafo y lápiz para llenar currículum, Alejandra, con entusiasmo hizo lo propio y se acomodó en mi cama con una tabla de ofició para poder apoyarse y escribir en ella, mientras yo le daba las formas un tanto desalineadas acomodandolas en el acto.
La tarde se fue mientras nosotros trabajamos, durante este tiempo bromeabamos y decíamos cualquier bobería con tal de romper la tensión que teníamos hasta que por el momento se me olvidó que me caía un poco mal, y nos metimos más en una plática que se tornó interesante hasta que siento subió de tono, contándome que mi primo quien tenía 16 para ese entonces se le había insinuado de forma indirecta y que alguna vez mi hermana estando en casa de mis tíos, forzosamente para pasar al baño tenía que pasar por su ...