1. Dos gitanos se follan a mi hermana delante de mí.


    Fecha: 26/01/2020, Categorías: Jóvenes Tus Relatos Autor: Felipe2003, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... contento. A penas entrar uno de ellos me preguntó: "¿estás solo o tu hermana también está?" Le conté que Mónica había salido a correr por los terrenos de alrededor que tiene nuestro padre porque se había puesto en serio con el fitness.
    
    Llevábamos un buen rato en salón cuando mi hermana entró. Se quedó un poco en shock al ver a los gitanos y ellos se quedaron mirándola también. Y para no mirarla, teniendo puestos solo un top negro deportivo, unas zapatillas de correr y unos pantalones cortos de color rosa que le resaltaban el culo. Sudada y con la cara roja. Me parecía sexy hasta a mí.
    
    Y yo como idiota, se los presenté. “Ellos son mis colegas y vienen a jugar fifa”. Los dos gitanos le dieron dos besos formalmente sin parar de mirarla.
    Estaba claro que Mónica no los quería allí, pero fue amable con ellos y les ofreció café. Yo fui arriba para traerles algo, mi hermana me siguió, cerró la puerta y me pegó la regañeta. Me decía que cómo soy tan tonto de traer a esta gente a casa. Que son peligrosos, podrían robarnos o algo peor. Yo me enfadé y le dije que solo son mis amigos y han venido para jugar fifa. La verdad es que más tonto no fui en mi vida.
    
    Cuando bajamos, los gitanos se habían encendido un porro y apestaba a marihuana en el salón. En nuestra casa no se fuma pero mi hermana no se atrevía a decirles que no lo hicieran.
    
    Uno de ellos, me dijo que le enseñara el perro que tenemos fuera para que el otro gitano pueda quedarse a solas con mi hermana. Cuando ...
    ... volvimos, mi hermana estaba sentada en el sofá y el gitano estaba al lado suya fumándose el porro y dándole conversación. Les dije de ir a mi cuarto para encender la consola, pero no me hicieron caso. El que iba conmigo se sentó también al lado de ella quedando mi hermana entre los dos gitanos y comenzaron a darle conversación.
    
    Yo me senté en una silla creyendo que solo se quedarían un rato pero empezaba a sospechar que los macarras del insti no vinieron a mi casa por mí, si no por mi hermana. Mónica estaba incomodísima ahí sentada entre los dos gitanos. Seguro que sospechaba de las intenciones que tenían con ella. Ellos le hablaban, le sonreían, y la tocaban de vez en cuando creo que para calmarla y crear tensión sexual entre ellos.
    
    Conociendo a Mónica, de ser otros, ya los habría abofeteado y echado de la casa pero con ellos no se atrevía. Se notaba que la intimidaban. Se limitaba a reír nerviosa a lo que le decían.
    Poco a poco fueron disimuladamente más atrevidos. El de la derecha le puso la mano sobre el muslo mientras le hablaba y el otro le acariciaba de vez en cuando la barriga. Mi pobre hermana me miraba con cara de: “Sácame de aquí”, estaba acojonada. Pero, ¿qué podía hacer yo? Ellos tienen 19 y yo 16, si los molestase, me habrían pegado. En ese momento me dí cuenta que yo mismo había traído el lobo a casa. Me sentí como un tonto.
    
    Entre risa y risa, el gitano de la derecha, que era más atrevido, le cogió la pierna a mi hermana y la puso sobre la suya. Ella se ...