1. Me enamore de un joven padre en Madríd


    Fecha: 24/01/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: chilenito, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Hola, me llamo Ignacio y soy de la sureña ciudad chilena de Concepción. Tengo 30 años, desde muy joven he hecho deporte y desde los 17 años comencé a trabajar en la construcción por lo que desarrollé un cuerpo bastante atlético. Si bien mi verga no es muy grande (no voy a mentir como todos los que escriben relatos) si me ha llevado a tener una buena vida sexual, la que comenzó a muy temprana edad como heterosexual, a los 14 años tuve sexo por primera vez con una compañera de curso. Puede sonar poco humilde de parte mía, pero siempre tuve éxito con las mujeres, mi vida sexual comenzó a los 14 años y fue muy activa. Follaba cada ve que podía y las chicas se morían por follar conmigo. Cuando salí de la enseñanza secundaría me había follado a casi todas mis compañeras de mi curso y del otro cuarto medio, a eso le sumo las chicas de otros niveles, hacían un numero bastante abultado.
    
    Mamá murió cundo tenía 5 años, por lo que me crié con mi padre que mucho de crianza no sabía. Me inscribió un verano a una escuela de fútbol que hacia un club de fútbol profesional de una universidad importante de la ciudad y ahí quede hasta que me tocó entrar a la misma universidad, pero ahora como estudiante. Siempre fui muy inquieto, así que no tan solo hacia deportes en la escuela de fútbol, si no que me lo pasaba todo el día con amigos haciendo juegos y un sin fin de deportes, y bueno, cuando aparecieron las chicas, hacia deportes en la cama con ellas.
    
    Papá no acostumbraba a llevar mujeres a ...
    ... la casa y cuando vio que yo ya estaba follando me dijo que la regla era que en la casa no, por lo que tenía que buscar un lugar  para hacerlo, lo único que iba a hacer era darme dinero para condones porque no quería ser abuelo aún y que debía cuidarme. Así fue como follaba en casa de amigos, en el cerro, a orillas de una laguna cercana o en el colegio. donde viese que podía llevar a una chica a follarla, lo hacía. Cuando cumplí 17 años empece a trabajar en la construcción, mi padre era albañil, por lo que ingresar a una obra no me fue para nada difícil. Ahí con dinero, ya podía llevar a mis chicas a moteles y pagar una buena habitación. Cuando cumplí 18, después de una juerga donde estuve con 2 mujeres (regalo de mis amigos) mi padre habló conmigo, me dijo que el había prometido que no llevaría mujeres a la casa hasta que yo cumpliese la mayoría de edad y como ya lo había hecho, el estaba en condiciones de llevar mujeres. Una larga conversación en donde quedaron claras las reglas, podíamos llevar mujeres a la casa, siempre y cuando esto no entorpeciese la ida del otro. Fue así como mi habitación se le conoció como la paila, mujer que entraba estaba frita. Llevaba mujeres casi todos los días y nunca me falto con quien folla. Mi padre tampoco andaba mal, por lo que la circulación de féminas por la casa era constante (ni uno de los dos en ese tiempo nunca tubo una pareja estable).
    
    Me titule de periodista el mes de julio y en septiembre iba rumbo a Madrid, me había ganado una ...
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