1. Mi madre me enseñó todo sobre sexo.1


    Fecha: 20/01/2020, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Carlo23, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Era un niño bastante prematuro, en casi todo, pero en lo que os contaré aquí, fue en lo sexual.
    Apenas si lo recuerdo ya, tendría dos o tres años. Me encantaba meterme en la cama con mis padres los domingos por la mañana. Bucear por entre las sábanas con mi linterna pequeña, que podía ocultar entre mi camiseta. Y cuando me deslizaba hasta que no podían ver la luz, la encendía y exploraba aquellas profundidades misteriosas que de otro modo, no habría descubierto nunca.
    La primera gran sorpresa de aquella época, o mejor dicho mi primer gran descubrimiento fue ver a ambos desnudos una mañana soleada de invierno. Me extrañó que no se despertaran, como solía ocurrir cuando saltaba a su cama y me movía entre los dos restregando mi cuerpecito con los suyos. Era una sensación tan agradable que a veces me dormía abrazado a cualquiera de los dos.
    Pero aquella mañana, sentí algo nuevo. El contacto con sus cuerpos desnudos ( y no entendía porque), y muy cálidos era muy excitante, como si algo me hiciera cosquillas suaves. Resultaban más placenteras aún que las cosquillas de mi madre jugando en la cama. Entonces encendí mi linterna y vi su desnudez de arriba a abajo. Era nuevo, así que alumbre por cada rincón lleno de curiosidad. Vi sus ombligos y los tocaba con mis deditos, eran enormes comparados con el mío. Pronto empecé a notar las diferencias. Para empezar mi madre tenía menos pelos que mi padre pero me era igual de agradable tocar a ambos. Olía por todas partes y me excitaba ...
    ... sobre manera. Cada uno olía con aromas diferentes pero muy familiares. Me deslicé un poco más abajo y otra diferencia, mi madre tenía un gran mata de pelos entre las piernas, algo extraño pues yo me miraba a mi y no tenía lo mismo. Acerque mi mano diminuta y toque aquel bosque peludo y se perdía entre sus pelos negros. Pero faltaba algo y metí mi mano hasta el fondo buscando su pilila como la mia, pero en su lugar encontré un agujero húmedo y caliente, muy caliente. De pronto noté como sus piernas se abrían y mi mano entró para adentro. Asustado la retire con prisa y me quede mirando. Pero enseguida bajo la mano de mi madre, me cogió el brazo y se restregó mi mano por la entrada del agujero y con un ligero empujón se la metió dentro de nuevo. Pensé, si ella lo quiere no será malo. Yo cerré el puño para no arañarla y comenzó a meterlo y sacarlo suavemente. Era un maravilloso espectáculo que de no ser por mi linterna jamás hubiera visto. De repente se abrió la manta y apareció su cara, no muy sonriente , por cierto. Tiro de mi brazo y que por mi peso no le costó mucho sacarme hasta ponerme cara a cara. Que haces? Me preguntó susurrando.
    Nada, le contesté.
    Y esa linterna?
    Es mia.
    Era un diálogo en el que ni las preguntas ni las respuestas habladas, eran importantes. Me impresionaba más su mirada y la intensidad de su voz. Aunque pronto cesó aquel interrogatorio mi cara debía decir algo raro porque me acerco hacia si y me beso en la frente. Me acerco hacia ella y me abrazo con ...
«12»