Extrañándote - Relatos Eróticos

Extrañándote

Hacia mucho que no me echaba un buen polvo, la rutina y la negativa de mi esposa de reinventarse en el sexo me hicieron conocer los placeres de otra mujer.

Y no es que mi esposa no culee rico, es apretadita y se mueve como una diosa, es solo que no desea explorar más allá de lo tradicional.

Hace unos tres meses conocí por casualidad de la vida a Melissa, una niña tierna que ha despertado al sexo y valla que le ha gustado.

Tiene 22 años y está en una constante exploración, le encanta el sexo y cada día tiene una nueva propuesta, es una viciosa que a su corta edad tiene definido que quiere y me lo hace saber y en el sexo no tengo límites.

Siempre quiero.

Cuando copulamos, somos dos animales que por instinto se entregan al placer, es tan fácil hacerla explorar en orgasmos intensos que tiembla su cuerpo y se abraza al mío para calmarse y volver a empezar. 

Es delicioso el hecho de empezar por acariciarla y ver cómo se va perdiendo en cada roce de mi piel en su piel, como a medida que avanzamos su calentura crece y pide a gritos lo que desea tener sin necesidad de drogas ni estimulantes se entrega al placer del sexo por sexo. 

Solo se entrega al placer y disfruta 

Recibe mi esperma cómo si se le fuera la vida en ello, si adentro o en su boca y espera mi recuperación con cariños y una ternura. 

Desea según me dice probarlo todo y valla que lo haremos