FIN DE SEMANA EN EL ESTADIO EN RUINAS - Relatos Eróticos

FIN DE SEMANA EN EL ESTADIO EN RUINAS

Esto que narro ocurrió hace mucho tiempo, cuando era joven, hoy tengo 50 años. Vivía y trabajaba en una casa a la cual acudían niños con cáncer, de otras ciudades, para tomar tratamiento en el hospital que quedaba cerca de la casa en cuestión. Algunas veces se quedaban por mucho tiempo y otras volvían a sus ciudades de origen al cabo de unas semanas, la situación era realmente penosa en muchos aspectos, pero no voy a narrar esos sucesos sino otros más placenteros.
No lejos de la casa había un parque bastante grande con muchos árboles, zonas alejadas solitarias y otras con lugares para hacer asados, andar en bicicleta, hacer deporte en fin...hacia un costado del parque había un estadio en ruinas, porque no se alcanzó a construir del todo, aunque mucho después si lo terminaron y lo utilizan para distintas actividades deportivas y culturales. En la época que narro parecía una enorme maza de fierro y cemento. Había una reja de metal que impedía el paso, sin embargo algún bendito o benditos desconocidos rompieron la reja en un lugar donde había mucho arbusto de tal forma que quedaba oculta la rotura, así se podía pasar al interior. 
Los fines de semana que tenía libre me iba a meter al estadio, obviamente entraba cualquiera que sabía por donde entrar, entonces podías encontrarte con sorpresas desagradables, delincuentes, gente drogándose, vagabundos etc.. pero en general los más que iban eran hombres calientes buscando hombres. A veces no había nadie y era tiempo perdido, ...

... otras veces, al contrario, todo el día era un salir y entrar. En verano me ponía un pequeño pantalón corto sin ropa interior y sin nada más entraba al estadio.
En una de esas ocasiones estaba allí sentado en una de las gradas, cuando vi que venía acercándose a mí un hombre joven también en pantalón corto, ambos nos miramos, se notaba que el sujeto estaba muy caliente porque mientras se acercaba a mí se fue bajando el pantalón dejando al descubierto su miembro completamente erecto, se me hizo agua la boca y comencé a pajearme, el hombre llegó a mi lado y sin decir palabra abrí mi boca y él metió su verga toda, estaba muy rica, jugosa, mojada, dura y caliente, me la comí por completo hasta que mis nariz chocó con su estómago, chupé con desesperación, luego metí sus huevos también en mi boca. Estaba en esa deliciosa tarea cuando otro hombre se acercó, se pajeaba, era mayor, se puso muy cerca de nosotros con su verga pegada a mi cara, no aguantó la calentura y lanzó unos cuantos chorros de semen en mi cara y boca, eso me calentó aún más y mamé con más rapidez al hombre, hasta que se corrió en mi boca, me llenó de leche que me tragué gota a gota, él sacó su pene de entre mis labios y se marchó, ahí quedé con la cara y boca llena de leche. Estaba tratando de secarme un poco la cara cuando aparecen dos policias, todos sabían que de repente iban los policias y se llevaban detenidos a cuantos podían, en la posición que estaba, con el pantalón corto abajo, con la verga erecta y la cara y ...