1. Nadie me ha trastornado tanto como Alexandra


    Fecha: 19/11/2017, Categorías: Gays Autor: Profesor81, Fuente: CuentoRelatos

    Lo que voy a narrar a continuación ocurrió hace ya bastantes años, casi 10 años, pero es uno de esos recuerdos que nunca se pueden olvidar y tampoco tengo ningún deseo por hacerlo. Yo acababa de montar mi academia, creo que llevaba con ella apenas un año y durante todo ese tiempo por supuesto me había fijado en algunas de mis alumnas pero, a pesar de que algunas fuesen guapas o estuviesen buenas, nunca sentí verdadera atracción por ninguna de ellas. Hasta que conocí a Alexandra, claro, porque nunca nadie me ha obsesionado y trastornado tanto como ella y nadie volvería a hacerlo.
    
    Si soy sincero la primera impresión que tuve de Alexandra su primer día en la Academia no es que fuese muy especial. Ella debería tener unos 18 años y me pareció una chica extremadamente tímida, reservada y retraída. Los siguientes días confirmé que aparte de esa timidez resultó ser muy seria, borde, distante, fría, antipática y sobre todo tenía ciertos aires de marquesa como de niña pija. Estaba claro que a pesar de que intentaba esconderlo bajo su timidez no podía disimular lo pija y niña de papá que era. De todos modos a pesar de que ya en ese primer momento me quedé prendado de lo guapísima que era y lo buena que estaba no llegué a pensar que me llegase a colar tanto por ella.
    
    No sé si fue al tercer o cuarto día cuando empecé a reparar cómo intentaba disimular su gran belleza y cómo evitaba que nadie se diera cuenta del potencial que tenía. Empezando por su forma de vestir. Siempre, ...
    ... absolutamente siempre, todos los días iba vestida por el mismo patrón, es decir, un jersey con una camisa debajo y unos pantalones. Todo así en plan muy clásico pero elegante. Nunca dejó de llevar su jersey con camisa con pantalones. Y aunque combinaba de maravilla cada uno de los jerseys con sus camisas, y estos con sus pantalones, no es que se pudiera decir que fuese una ropa muy femenina al vestir; incluso hasta se podría decir que era demasiado varonil siempre así con jerseys y camisas sin variar nunca su estilo. Como escondiendo su feminidad y su potencial sensual.
    
    Y si su forma de vestir no variaba nunca menos aún su peinado porque siempre lo llevó su bonito pelo castaño recogido en una coleta, un pelo que combinaba de maravilla con sus intensos ojos verdes. Como si no quisiera que nadie se percatase de lo guapísima que era con el pelo suelto. Aunque puestos a ser sinceros tenía sus defectos físicos, a pesar de su gran belleza, el más evidente que tenía poquísimo de tetas, casi nada, y aunque a priori jamás pensé que me colaría tanto por una chica con tan poco de pecho sí que lo hice.
    
    La cuestión es que al cabo de unos días Alexandra empezó a darme morbo, no sé exactamente porqué, era una mezcla de varios ingredientes. Por una parte esa forma de vestir tan recatada, mojigata, varonil y virginal me producía el anhelo de querer desnudarla, de quitarle capas de ropa. No dejaba de pensar que estábamos todavía a finales de octubre y que hasta marzo por lo menos no vendría solo ...
«1234...»