1. Petri, la delgadita


    Fecha: 06/12/2019, Categorías: Jóvenes Tus Relatos Autor: Narciso Bello, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    PETRI, LA DELGADITA
    Estaba en un trabajo donde había muchas chicas. Entonces tenía 42 años.  Petri es una chica muy joven de unos 20 años y muy delgadita.  Es atractiva y sexi. Trabaja como ayuda de la gente en nuestras tareas. Me di cuenta de que se pasaba mucho tiempo mirándome y de ello se dio cuenta un jefe con barba que le pregunto que por que me miraba y ella contestó que porque yo era un chico muy guapo. No sé si le caía muy bien porque un día le oí compararme con otro chico muy guapo que fumaba porros pero que le atraía sólo por su fijo.
    Por cosas del mundo del trabajo me bajaron a la planta de abajo pero allí me encontraba sin mis chicas, así que un día volví a la planta de arriba. Y entonces vi a Petri que estaba encantada mirándome de que hubiese subido. Otra chica llamada Tania comentó con otra amiga algo que creo que para que yo lo escuchase. Le dijo que Petri estaba con un chico, se acostaba con él y que a la semana siguiente iba con otro.
    Petri venía a ayudarme, pero no se me insinuaba.
    Me olvidé un poco de ella.
    Un día se hizo un simulacro de incendio y de como teníamos que desalojar. En la calle me encontré a Petri sonriéndome ...
    ... como queriendo decir que este era el momento de encontrarnos. En una situación límite. O quizás de que estábamos en la calle y no nos podían controlar.
    Un amigo mío muy joven decía estar enamorado de ella.
    Decidí decirle algo y pensé que porque no hacerlo de forma diferente. Le pedí que fuésemos al servicio que estaba en la planta baja. Y fuimos. Era maravilloso. Esa chica tan jovencita y tierna.
    ¨Chúpamela¨ le pedí. Se la metió en la boca. Me pajeaba con una mano, me toqueteaba los huevos. La volvía a chupar. Sonreía con los ojos entornados. Me volvía loco. Me comía los huevos. Se ponía detrás y me chupaba el culo. Metía su lengua. Suspiraba acaloradamente. Pasaba la punta de su lengua sobre mi capullo. Lo arañaba con los dientes. Me metía un dedo en el culo.
    No aguanté más y la cogí y la senté sobre mi en un suelo sucio. Con mi polla dentro le llegaban estremecimientos. Era un volcán de mujer. Notaba sus orgasmos hasta que llegó el mío muy intenso y en el que eché mucha leche. Abrace mi cara con la suya. Maravilloso. Maravilloso. Y que vocecita tenía.
    Quise llevármela a casa, pero se lio con otro hombre maduro y me llevé un palo impresionante.
     
«1»