Placer prohibido - Relatos Eróticos

Placer prohibido

... yo soy más “liberal”. (Remarque esas palabras mientras hablaba, la honestidad siempre fue importante para mí así que no tenía problemas en decirle a Ludmila que no tenía ganas en un principio de ayudarla con esto, pero ahora eso se había difuminado, no podía creer que estuviéramos entablando una conversación fluida y además que estemos riéndonos y disfrutando de la charla, algo que parecía imposible porque siempre la ví con un “caracter” poco social.
-Me gusta que me digas la verdad, y si es verdad mi madre no es ni una pizca de liberal… de seguro te divertiste ayer, y ahora viene el “bajón” conmigo, no sé porque nunca hablamos casi nada creo que tenemos mucho en común, al menos será una mañana agradable yo pensaba que me ibas a aburrir con algunos discursos sobre que tendría que estudiar más o cosas de ese tipo.
-No te confundas nena, no soy de ese tipo, además no tengo pensado darte ningún discurso, tú sabes lo que haces. Pero si te digo que pasemos al living así estamos más cómodos que en la puerta de la casa. ¿Quieres tomar algo?
-¿Tenés cerveza o algo con alcohol? Así pasas la resaca y yo me saco un poco de calor.
-Oh es normal las mujeres tienen calor a mi lado.
Guiñé un ojo y esa frase dió paso a su risa, una risa sonora que me dejó ver sus blancos dientes contrastando con sus labios, era hermosa. Fuimos al living y yo saqué de la heladera dos latas de cerveza, las puse en la mesa y me senté en el sofá le hice señas con los dedos y ella procedió a sentarse a mí ...

... lado, su aroma invadió mis sentidos era una mezcla de flores y de cerezas tan increíble como seductora, mi erección creció un poco lo que me hizo sentir un poco incómodo parecía un puberto cualquiera excitandome con cualquier cosa que nublaba mis sentidos, contrólate pensé es tu sobrina aunque esta hermosa no puedes excitarte con ella. Pero si hay algo que nunca hice fue hacerle caso a mi mente.
Bebimos las cervezas y la charla se fue dando entre nosotros mezclada con un poco de explicación a los ejercicios de inglés que tenía que completar para aprobar su materia, risas y miradas entre nosotros, hasta roces que yo hacía con ella para remarcar algunas de las cosas que decía, todo iba muy bien, muy tranquilo, el domingo se estaba poniendo más interesante de lo que había imaginado un par de horas atrás.
-Sabes, siempre pensé que no eras así, no sé te imaginaba un poco más cerrada, un poco más distante y hasta aburrida, pero ahora creo que eres justo lo opuesto.
-Pueden que sean las cervezas tío, o tal vez que estoy divirtiéndome contigo. ¿Por qué nunca salimos de fiesta vos y yo? Pienso que eres divertido y además de seguro me la pasaría bien con vos, aunque mi madre seguro pondrá sus quejas, ella si es aburrida. Yo quiero que tú vayas a una competencia de baile a la que voy a competir dentro de una semana, le iba a a decir a mi madre que te diga porque no me animaba a decírtelo yo.
-¿Es broma verdad? ¿Cómo no te vas a animar a decirmelo Ludmi? Claro que iré, ¿Qué vas a ...