1. Mi mujer... Embarazada de su marido


    Fecha: 30/06/2017, Categorías: Confesiones Autor: Fernanda87, Fuente: CuentoRelatos

    Nos conocíamos de vista hace meses, nos saludábamos en los pasillos. Me fijé en ella el primer día, caminando con sus tacos altos cuando resonaban en el piso de madera cada vez que se acercaba, me di vuelta y la vi, es de esas mujeres seguras de sí mismas que no juegan a ser niñas, de estatura media, curvilínea, con buenos músculos en las piernas y una cintura que marcaba sus glúteos duros y parados cuando viste formal y con pantalón ancho. Tetas pequeñas pero hermosas, cintura apretada y un rostro que me hace dar vuelta si la veo en la calle. Es de esas mujeres que lo tienen todo resuelto y lo que quieren lo toman, porque saben que lo merecen. Yo tengo cuerpo atlético, he sido deportista toda mi vida y me enorgullece mantenerme así porque el hacer deporte y valorar tu cuerpo simplemente te ayuda a culiar más rico con la persona que te calienta. En este caso es ella. Quedé embobado y sentí de inmediato que era difícil que se fijara en mí, ella tiene su marido y yo viviendo con mi pareja hace tres años, pero aun así y con el paso del tiempo nos acercamos a conversar y comentar las cosas que sucedían en la empresa o nuestras vidas, hubo sonrisas, miradas y unos emails.
    
    Y un día, aburridos de nuestra vida en casa, decidimos salir temprano del trabajo e irnos a un motel, a estar solos, sin el juicio de nadie ni con la presión de cumplir con nada obligado por la rutina. Esa tarde estando solos, nos desnudamos, nos besamos y acariciamos, nos reímos y nos llenamos de deseo y ...
    ... de piel, no hicimos el amor, pero fue nuestro primer paso para vivirnos con un deseo que yo jamás viví y que ella jamás sintió. Volvimos al trabajo al día siguiente y nos mirábamos con amor como un par de adolescentes calientes pero respetuosos. Pasaron unos días y nos tuvimos que despedir porque ella se iba de vacaciones con su familia al sur cerca de un lago y yo también a la casa familiar en el campo.
    
    Terminadas las vacaciones cierto día en el trabajo, una de las formas de hablar era que ella me llamaba al celular para hablar tranquilos, me dice que está embarazada y que esto que estamos viviendo se acabó y que nada puede ser porque ahora en su vida todo va a cambiar nuevamente, que será su segundo hijo y que ocurrió en una de las veces que su marido la buscó y ella para evitar los problemas accedió o ella se sintió caliente y lo dejó hacer, no lo sé porque eso no es lo importante para mí. Le dije que para mí nada cambiaba y que podía seguir viviendo conmigo esto que recién empezaba. Que el hecho que estuviera embarazada me calentaba aún más y que por mí no había problemas. No quería dejarla ir porque jamás me había atrevido a estar con otra mujer distinta de la que todos conocían en mi círculo cercano. Para ella igual, estaba casada y yo era su amante. Y seguimos. Nos dimos bien rico el uno al otro. Alimentamos el deseo y aumentamos un poco el riesgo, nos besábamos a escondidas en la oficina y nos calentábamos con sólo mirarnos. Su vientre iba creciendo y sus tetas ...
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