1. Deep blue sea (Parte 4)


    Fecha: 16/06/2017, Categorías: Gays Autor: GoldenRosses, Fuente: CuentoRelatos

    Por un instante Ava lo percibió, la tensión en el aire, el silencio que no podía calibrar detrás de esa mirada y creyó que finalmente lo diría. La razón por la cual la miraba de esa manera, la razón por la cual la había llevado a su casa, la razón que flotaba entre ellas como una corriente silenciosa. No debería existir y sin embargo allí estaba, no debería anhelarlo y sin embargo lo hacía, pero no era tan valiente para lanzarse a las aguas de algo tan profundo que amenazaba con ahogarla. Pero una vez más Amanda la decepcionó con la fría lógica apartándola, al margen de la muralla que había alzado entre ambas. Y eso la desesperaba, todas las emociones se acumularon en su pecho como un nudo y sintió como el aire se le escapaba de los pulmones.
    
    No comprendía la necesidad visceral por formar parte en el mundo de aquella mujer que apenas conocía. La necesidad de su atención, de sus miradas y de tomar lo que le ofrecía en cada una de ellas. Quería gritar, llorar y derrumbarse porque estaba sola, agotada, aterrorizada, no solo porque su vida se venía abajo, sino por la inminente locura que provocaba su atracción por Amanda. Como si toda su necesidad, su soledad, cada deseo y pensamiento solo pudiese satisfacerlo ella. Se había vuelto loca, completamente loca.
    
    Amanda se preocupó por el abrupto silencio de Ava, un minuto antes vio asomarse la desesperación en su mirada, las lágrimas que dejaban un rastro húmedo en su mejilla y ahora nada, un vacío oscuro como si se hubiera ...
    ... marchado lejos de allí. Su cuerpo comenzó a temblar a pesar de estar en un estado catatónico y temió por ella, que finalmente el dique se hubiese roto ante la presión y estuviese presenciando un colapso. Se acercó, dudando si debía tocarla o no, necesitaba traerla de regreso de alguna manera.
    
    -Ava.- susurró manteniendo la calma –Ava.- no se resistió a secar las lágrimas que fluían, a tomar el rostro ausente entre sus manos y encararla –Ava, escúchame...no estás sola y Sebástian te necesita. Vamos, hazlo por él.- y por ella que no soportaba verla así –Respira profundo y regresa, tienes un hijo que te necesita, no puedes rendirte ahora.
    
    El nombre de su hijo hizo eco en su cabeza, era la razón de su vida le brindaba calidez a la frialdad que había entumecido su cuerpo de pronto. Eso y las manos delicadas que la sostenían y provocaban una revolución tal de sensaciones que parpadeó al instante, inspirando bruscamente el aire. Entonces se encontró con unos ojos azules cargados de preocupación, caricias suaves que secaban sus lágrimas y anhelo se transformó en un dolor punzante que fracturó su mundo. Comenzó y la impotencia se transformó en un dolor punzante que fracturó su mundo. Comenzó con un sollozo que desató el llanto desesperado y desgarrador y no tenía nada más a que aferrarse, excepto a la propia Amanda, que la rodeó con sus brazos y la sostuvo mientras su cuerpo se sacudía en temblores incontrolables. En Amanda la preocupación y la impotencia se transformaron en una ...
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