1. SECRETOS DE ALCOBA


    Fecha: 15/11/2017, Categorías: Voyerismo Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    ... sus lenguas pasar a ambos lados, recorrerle la cabecita, hasta devorarla, ó simplemente fundirse entre ambas en un terrible beso de lengua, una le acariciaba los testículos, la otra se lo succionaba, una, dos, tres, cuatro veces, después le tocaba a la otra, así se turnaban, disfrutando al mismo tiempo el órgano masculino y disfrutándose entre ellas. La intriga me llenaba, sentí mojarme con el deseo de ocupar su lugar, tenía ganas de lamer uno, saber que se siente. El sostén apretando mis dulces pezones comenzaba a molestarme, mis piernas rígidas comenzaban a aflojarse, a dejarse estar, no podía evitarlo. El parecía retribuir gentileza, había sentado una a cada lado, sobre sus muslos, tenía cuatro pechos, dos a cada lado, los de mi vecina, bastante más grandes que los de la otra mujer, el pasaba su lengua por los cuatro, disfrutando ese momento, como si se tratara de una batería, yendo de tambor en tambor, comiendo pezón por pezón, hice foco en su pene nuevamente, no podía dejar de mirarlo, de desearlo, mi instinto animal de mujer primitiva salía de mi interior, cerré los ojos, llevé una mano bajo la camisa, por sobre el sostén, acariciando mis pezones, imaginando que la delgada tela que se interponía entre ellos y las yemas de mis dedos me daba la sensación de su húmeda lengua jugando en mis pechos. Al volver a espiar me encontré con que habían cambiado, Brenda estaba recostada, con sus piernas abiertas y la morocha enterrando su cabeza al medio, en cuatro patas, mientras ...
    ... que el a su vez estaba por detrás dándole placer a su intimidad, confieso que no podía ver muchos detalles y esto me enervaba, así que solo me imaginé estando en el lugar de la pequeña mujer, recibiendo un exquisito sexo oral en mi empanadita jugosa, en mis labios, acariciando mi cuerpo con sus fuertes manos varoniles, entregada y sumisa. La peor parte y que me da pudor contar es que me vi dándole sexo oral a otra mujer, lamiendo su intimidad, bebiendo sus jugos, haciéndola gemir en mi boca, descubrí en mi imaginación un deseo oculto, que me hacía poner mal, porque trataba de bloquearlo y no podía. El se incorporó por detrás, tomándola de la cintura y se la metió con fuerza, ella arqueó su cuerpo tirando su cabeza hacia atrás perdiendo el ritmo en la lamida a Brenda, se movió con fuerza, adelante, atrás, yo nadaba en un mar de lujuria, mi deseo de ser penetrada se mezclaba con mi miedo a la primera vez, sentía mi clítoris inflamado, caliente, miré mis piernas, inconscientemente estaban abiertas a cada lado del taburete, mi falda estaba tan alta que casi veía mi bombacha, llevé mi mano hacia ese lugar, toqué el frente de mi prenda íntima, fui más profundo, me noté hirviendo, mis dedos caminaron por la entrada de mi vagina, los jugos la habían inundado, los llevé a mi boca para probar mi propio sabor, volví abajo para luego ir a mis pezones, para lubricarlos con mis propios jugos, me relajé más aún arqueando mi cintura de modo que mi botoncito de placer quedara pegado al cuero ...