1. Peleas con mi vecino 4°


    Fecha: 24/08/2021, Categorías: Hetero Autor: Pequeñamorbosa, Fuente: CuentoRelatos

    Recuperé un poco el aliento, bebí agua y me refresqué un poco, le quería devolver el favor... hice que se sentara cómodo, me arrodillé a sus pies, le bajé el slip aunque no hacía mucha falta, porque esa bestialidad iba por la mitad fuera y aún faltaba por salir.
    
    Vi que su capullo brillaba, y sin tocar nada, con la puntita de la lengua, se lo limpié mirándole a los ojos que cerró, echó la cabeza hacia atrás suspirando.
    
    Cogí su mano y le dije que la sujetase de lo más abajo posible y apuntase a mi boca, fui lamiendo y besando desde la base y saboreando hasta la punta, la tiene enormemente grande así que la mojaba todo lo que podía para que después no me doliese tanto al entrar.
    
    Lamiendo y chupando estuve un rato y a cada vez con más ganas, le marcaba los dientes, pero sin apretar y cuando me cansaba le masturbaba con la mano, la estaba poniendo venosa y súper dura como a mí me encanta.
    
    Le dije: muévela tú.
    
    Me la paseó por los labios el contorno de la cara, me dio un par de pollazos fuertes en la lengua que me encendió otra vez y la cogí con las manos para empezar a chupar fuerte, rápido, queriendo su corrida para mí, me costaba tragar y hasta respirar, pero no paraba, deseaba seguir comiéndosela, me encantaba notar su dureza, me dijo que parase que le entraban ganas de correrse, y en lugar de parar daba más fuerte con la boca y sus manos empujando levemente, cuando se fue a correr le dije que se pusiera de pie y justo cuando lo hizo empezó a escupir leche para ...
    ... mi lengua que estaba esperándola con la boca abierta, quería tragar lo máximo pero era tanto que me resbaló por la barbilla a las tetas y más abajo...
    
    Los dos tumbados en el sofá, abrazándonos, mirándonos a los ojos y respirando dando aire al otro, momento tranquilo hasta que me dio la risa y que, aunque no entendió porque le contagié, me dijo: “¿tú estás loca verdad? ¿cómo se te ocurre ponerme esa pastelada un sábado por la mañana a todo volumen? ¡que la gente quiere dormir! ¿sabes?” Dijo todo riéndose y dándome besos alrededor de toda la cara, acariciando mi espalda.
    
    Me pegué a su boca, y le di un beso tierno, el que me apetecía en modo de agradecimiento por el placer y el orgasmo que me había regalado.
    
    Y en lugar de rechazarme lo que hizo fue abrazarme con cariño correspondiendo igual a mi beso, todo lo sexual y pervertido de antes se había esfumado para dejar pasar romanticismo, demasiado me pareció, pero me encantó y no quise que terminara.
    
    Avergonzada por haber propiciado ese momento me separé y comencé a vestirme, seguida por la mirada desconcertada de él. Se levantó de un salto me dio un beso en la mejilla y salió camino a su casa.
    
    Esperé que se fuera y me fui directa para la ducha sintiéndome rara, incluso vacía. Esta vez no quise volver a poner la música, en tres días en el piso habría dos habitantes más y tenía que cambiar mis prioridades, poner en orden mis ideas y arreglar un montón de papeleo y solo de pensar me sentía agotada.
    
    Metí la cabeza ...
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