1. De Andrés a Andrea. Historia de mi feminización (I)


    Fecha: 17/08/2021, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Andresa, Fuente: CuentoRelatos

    Mi nombre es Andrés. Tengo 28 años, no soy mal parecido, mido 1,75, peso 75 Kg y me mantengo en buena forma. Tengo un buen trabajo que me permitía a salir a visitar a Clientes, estoy casado y tengo un hijo. Gano mucho dinero, recibo muchas comisiones y ello me permite un tren de vida más que satisfactorio. Además he heredado un apartamento en Marbella y algunas tierras en lugares que se están desarrollando y cuyo precio sube sin parar. Mi situación económica es, por lo tanto, envidiable.
    
    Mi matrimonio se volvió rutinario cuando nacieron nuestros hijos. Al principio lo hacíamos regularmente, pero poco a poco se fue espaciando y desde que nació nuestro hijo simplemente lo hemos ido dejando y casi nunca hacemos el amor. No es una excusa para lo que os voy a contar, pero así están las cosas.
    
    Hace unos dos años empecé a visitar a prostitutas. Mi horario laboral me lo permitía y yo disfrutaba haciendo cosas que ni me atrevía a plantear a mi mujer. Descubrí que me gustaban las mujeres activas y cuando no me convencían, simplemente cambiaba. Hasta que conocí a Carla…
    
    Era una tía espectacular: Rubia, ojazos, media lo mismo que yo, 1,75, no estaba esquelética, tenía un cuerpazo de escándalo. Practicaba deportes de contacto, estaba en una forma física estupenda y era muy, pero que muy guarra en la cama.
    
    Nuestras primeras veces fueron salvajes; ella poco a poco fue tomando la iniciativa y hacíamos de todo lo inimaginable. Sus felaciones me hacían explotar y cada día salía ...
    ... de su apartamento con ganas de volver. Yo controlaba y me reprimía, de modo que mis visitas solían ser una vez al mes.
    
    Al cabo de unos meses, ella era la que tomaba la iniciativa desde el principio y yo me dejaba hacer. En una de esas visitas, me hizo desvestirme y me llevó denudo de la mano a la habitación, mientras me excitaba a base de mordiscos, besazos hasta la tráquea, etc. Me propuso atarme a la cama y seguir con un juego salvaje. Caliente como estaba accedí. Ella me esposó a la cabecera de la cama y salió a prepararse. Volvió al cabo de unos minutos, me ató las piernas a las patas de la cama y me enseño un hitachi, con el que comenzó a masturbarme. Cada vez que yo estaba a punto de correrme ella paraba. Me puso a cien y entonces me propuso utilizar un plug en mi trasero. Yo estaba salido del todo y acepté. Me lubricó el año con un sus dedos, introduciéndolos poco a poco untados con el lubricante, y cuando me vio otra vez excitado me introdujo poco a poco el plug, no muy grueso la verdad. Yo disfrutaba como una mala bestia con el mete saca y al cabo de unos minutos me corrí, sin que me tocase el pene. Fue algo inenarrable la sensación. Me desató, charlamos unos minutos de cómo me había ido, me duché y hasta la próxima.
    
    Pasado un mes volvimos a quedar. Me dijo que se había cambiado de apartamento, me dio su nueva dirección y allá que fui.
    
    Me recibió en un saloncito vestida (o desvestida) con un negligé semitransparente gris, que dejaba ver un tanguita y un ...
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