1. La chica del 9A


    Fecha: 11/08/2021, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Siempre me había excitado esa hembra. Con una cinturita que se quebraba, al aire. Esos enormes pechos que se bamboleaban al caminar, queriendo escaparse de sus ajustados top de lycra. Esas provocativas minifaldas que mostraban sus piernas perfectas, bien formadas... tan, pero tan largas... infinitas desde los pies, calzados siempre en tacos aguja. Y esto, hacía que su culito se elevara hasta alcanzar el cielo, y la erección de toda polla que sea digna de todo macho cabrío que posara sus ojos sobre semejante monumento.
    
    Sabía que vivía en el edificio de la esquina, había averiguado donde habitaba, en el 9º piso, departamento A. Sabía que llevaba hombres a su casa, pero que no tenía un novio fijo, según confesó el encargado del inmueble, que estaba tan alzado como yo, a pesar de su avanzada edad.
    
    Todas las tardes, me enloquecía al ver su figura, paseando provocativamente su insignificante caniche toy, un minúsculo perro de lanas blancas. Los hombres giraban y le decían cosas, pero ella inmutable, con su cara escondida entre la larga y esponjosa cabellera color castaño oscuro. Nunca pude ver bien su cara, pero me la imaginaba impecable, hermosa, una muñeca. Además... estaba muy ocupado en disfrutar de otras zonas, mucho más interesantes.
    
    Todos los días, alrededor de las seis de la tarde, sacaba su perrito, y yo tenía siempre alguna excusa para verla pasar, pero nunca me atreví a decir nada, ni siquiera a saludarla. Ella aparentaba que no me veía, y yo ahí, al palo. ...
    ... Corría un sudor frío, imaginando el color de sus pezones, su clítoris depiladito, en cuantas posiciones la pondría si tuviera semejante bombón en mi cama. Y apenas la veía doblar la esquina, yo volvía a mi casa, a hacerme una reverenda paja.
    
    Una tarde, como todas, la estaba esperando, pero ella no aparecía. Y siguieron varias tardes, sin que tuviera noticias de ella. Temiendo que algo le hubiese pasado, me acerqué al edificio, tratando de entablar conversación con el viejo encargado, y él solo me dijo que hacía varios días que no la veía, que quizás se hubiese tomado algunos días de vacaciones. Estaba escuchando esto cuando la puerta del ascensor se abrió y salió ella, tan increíblemente hermosa como siempre, con su perrito caniche toy. La tenía frente a mí, con esos enormes senos enfundados en un top rojo, ajustadísimo, por lo que pude notar la ausencia de sujetador. Sus pezones aparentaban un gran tamaño, y el botón se marcaba impresionantemente bajo la tela. Dios mío, me quedé boquiabierto.
    
    -Buenas tardes, Manuel. -Saludó ella al viejo. -Buenas tardes -dijo el- Hace días que no la veía. Justamente, el caballero estaba preguntando por usted.
    
    Lo que dijo el viejo me dejó helado. Jamás nos habíamos dirigido la palabra, y ahora ella estaba clavando sus ojos verdes en mí. Su cara estaba demasiado producida, aunque no tenía los labios pintados ni sombras en los párpados, se notaba una máscara de maquillaje sobre su piel, se parecía a una gran muñeca Barbie, con sus cejas ...
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