1. Conociendo mi sexualidad II


    Fecha: 12/11/2017, Categorías: Masturbación Autor: latosita, Fuente: SexoSinTabues

    ... mi cuarto. Me quité los zapatos, encendí la lámpara del buró, apagué la luz del cuarto, coloqué un par de almohadas y me recosté sobre la cama, buscando la posición más cómoda para lo que estaba a punto de hacer, doblando y abriendo las piernas y viendo, a media luz, el contorno de mi cuerpo. Cerré los ojos y comencé a recordar lo que vi y todo lo que me dijo Laura que debía hacer; imaginé que el mismo chico me besaba y me tocaba, por supuesto, eran mis dedos los que recorrerían mi cuerpo, pero realmente estaba fantaseando con él. Acaricié mi cara con las yemas de los dedos de las dos manos, lentamente pasé al cuello, dejando la izquierda ahí y la derecha bajando por el pecho, desabrochando la blusa, pero sin tocar los senos; hice una pausa para tocarme el vientre, hasta llegar al borde de la falda, subí y baje 3 o 4 veces y luego llevé la mano hasta la pierna; tocarme y pensar en alguien más era mucho más rico y eso que apenas estaba comenzando. Me coloqué un poco de lado para acariciarme una nalga y me di cuenta que me gusta mucho, sobre todo si es en la parte baja y el contacto es solo con las yemas de los dedos; así estuve unos segundos y luego me incorporé para quitarme el brasier, sacando los tirantes por debajo de las mangas de la blusa, quitándolo por completo para que no estorbara y volví a recostarme. Estaba dispuesta a seguir al pie de la letra las instrucciones de mi vecina, así que puse ambas manos en el vientre y comencé a recorrer por los costados, haciendo ...
    ... círculos hasta llegar al ombligo y luego subiendo hasta encontrar el borde de mis pequeños limoncitos. Presioné gentilmente ambos pechos y noté que ya mis pezones se habían levantado y puesto duritos, no pude evitar jugar con ellos, pellizcándolos, presionando, estirando y girando, para después repetir la rutina una y otra vez, aumentando o disminuyendo la velocidad, tratando de encontrar el punto ideal para sentir más rico e hice lo mismo al cubrir cada uno con mis manos, acariciando, masajeando y apretando. Tal como lo profetizó Laura, aumentó mi temperatura, empecé a sentir un cosquilleo muy rico entre las piernas y traté de recordar todas sus indicaciones, concentrándome solamente en lo que mi cuerpo pedía y cómo se agitaba mi respiración con cada nueva caricia, siempre pensando en que era su novio quien me tocaba. Con la mano izquierda seguí estimulando mis pequeños senos y deslicé lentamente la derecha hacia abajo, pasando por el ombligo, arremangando la falda, llegando a la zona del bikini y completando el camino hasta la vulva, tocándome suavemente por sobre la fina prenda de algodón. Mi respiración se agitó y entendí que tal vez empezaría a gemir como lo hizo mi tutora cuando la espié, por lo que me preparé para tratar de no hacer mucho ruido, sobre todo ahora que sentía tanta humedad al imaginar que mi mano izquierda era la boca del chico y mis dedos su lengua juguetona. Subí la mano derecha hasta el elástico de mi ropa interior y pensé en meterla como hizo el chico ...