1. Un ladrón en mi casa


    Fecha: 28/07/2021, Categorías: Hardcore, Sexo con Maduras Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Ese viernes a la mañana estaba sola en casa. Había tenido el día libre en la oficina; pero mi esposo había tenido que ir a la suya y regresaría tarde.Estaba arrodillada en el piso usando la aspiradora, cuando me pareció oír que un vidrio se rompía; pero con el zumbido insoportable de esa máquina de aspirar, pensé que era algo que había sucedido en la calle.Justo cuando apagué la aspiradora, en medio de un silencio sepulcral; sentí que me apoyaban algo metálico en la sien y una enorme mano me tapaba la boca.Entonces una voz masculina muy gruesa susurró a mi oído:“No te muevas, mamita, o te hago la boleta…”Me quedé callada y congelada del miedo a la vez. Asentí con mi cabeza, en señal de que había entendido el mensaje…Entonces, sin sacar su mano de mi boca, me dijo de nuevo en voz baja:“Vine a llevarme algo de esta casa y voy a atarte para hacerlo tranquilo”Asentí nuevamente y decidí llevarle la corriente.Liberó mi boca pero enseguida cubrió mis ojos con un trapo oscuro.Me ordenó que juntara los brazos por la espalda y sacó una cuerda que me puso en las muñecas y empezó a dar vueltas. Me hizo doler porque apretaba demasiado. Gemí de dolor, pero al mismo tiempo comencé a sentirme excitada…Siguió amarrándome con más cuerdas en los antebrazos y las ajustó tan apretadas como las de mis muñecas.De repente me juntó los codos por la espalda todo lo posible llegándose a tocar y los aseguró con otro trozo de cuerda.Sentirme tan indefensa ya me provocó un cierto morbo y eso hizo que ...
    ... sintiera cierta humedad extra entre mis muslos.Comencé a sentir que mi concha se humedecía…Después me ordenó abrir la boca, diciendo que iba a amordazarme. Le dije que no hacía falta; que me quedaría callada pero entonces me dijo:“Las putas siempre gritan cuando cogen…”Escuchar eso ya me preocupó un poco. Ese tipo no tenía la intención solamente de robar mi casa…Sus dedos abrieron mis labios con poca delicadeza y su grueso dedo se deslizó dentro de mi boca. Lo metió y lo sacó varias veces, simulando una chupada de pija. Pude oír que se reía mientras lo hacía.“Bastante bien, nena… lo vamos a pasar bien vos y yo más tarde…”Sacó finalmente su dedo de mi boca y de repente, cuando yo no lo esperaba, metió entre mis labios algo que parecía una tela de seda con tul o algo por el estilo. Me imaginé que era una de mis propias tangas, que ese hombre había encontrado en mi habitación, antes de encontrarme a mí arrodillada sobre la alfombra del comedor.Me llenó la boca brutalmente con esa suave tela y enseguida la aseguró con alguna cinta adhesiva alrededor de mi nuca. Ahora me era imposible articular cualquier sonido.La situación ahora era preocupante; pero al mismo tiempo sentí que mi concha se humedecía todavía más; al sentirme así atada y amordazada, a merced de ese desconocido…Todo me parecía morboso, placentero y excitante.Pero todavía ese hombre no había terminado de gastar todas sus cuerdas. Siguió por mis piernas: una en los tobillos, otra en los rodillas y otra en los muslos, igual ...
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