1. n) Fiesta en la quinta de Guillermo


    Fecha: 26/07/2021, Categorías: Lesbianas Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... misma edad delgadito y de apariencia afeminada y Guillermo los acompañaba.
    
    -Mira Valerio lo que te pierdes. -el que me había acariciado la tetilla se dirigía al otro hombre.
    
    -No tenéis que preocuparos, esta todo dispuesto para que cada uno tenga lo que le gusta. -a la vez que hablaba Guillermo apuntaba con la mano a Tomás, el afeminado no dejaba de mirarle el enorme bulto que se le marcaba con deseo y se lamía los labios.
    
    -Resultas más guapo al natural, y más salvaje. -la mano que agarraba mi tetilla se fue al pelo para alborotarlo, era un señor que tendría más de sesenta años, con el pelo rojizo, se le notaba el teñido, cara cuadrada y labios gruesos, bastante grande.
    
    -Luego nos vemos ricura. -le dirigí una sonrisa coqueta, como si fuera mi príncipe azul y deseara estar en sus brazos, seguí a mis compañeros junto con Tomás, un poco azorado, esto no era trabajar en el plató del estudio, resultaba, lisa y llanamente, ser un puto ofrecido a quien deseara follarme.
    
    Guillermo nos seguía dado instrucciones y a Tomás le recomendó que atendiera bien al señor Valerio, era un excelente y privilegiado cliente y socio, a quien no se le podía negar lo que quisiera, nos pidió que ahora nos pusiéramos unos vaporosos pantalones con cinturita redonda de goma sin nada debajo y unas toreritas abiertas de la misma tela y por supuesto de colorines diferentes.
    
    -Es para que os sintáis cómodos y no se os pegue la piel en los asientos. -tenía razón, los asientos que había estaban ...
    ... tapizados en plásticos, para ser usados también con bañadores mojados.
    
    Nos mezclamos entre los invitados, al principio dos de nosotros para sentirnos cómodos, los señores nos atendían preguntando la comida que queríamos cuando pasaban los camareros al lado, y nos ofrecían bebidas, me gustó el pollo frío, y una especie de ensaladilla con sabor a marisco, y al final dos pequeñas tartitas de manzana, como si fueran pasteles. Para beber acepté una copa de champan, no quería beber mucho pero terminé tomando bastantes.
    
    El señor de antes, el del pelo rojizo, se me acercó y me llevó a uno de los asientos separándome de Leo y los demás invitados, sería por poco tiempo, el resto también se resituaba.
    
    -Ahora van a proyectar cine, desde aquí lo veremos mejor y cómodamente. -conocía mi trabajo, me conocía a mi por ese mismo motivo y había visto muchos de los rodajes, recordé que había hecho un ciento, más de dos cada semana de media, unos regulares, ninguno bueno y el resto malos, ese era mi pensamiento.
    
    Un nuevo admirador se me puso al otro lado.
    
    -Al fin te encuentro, te estaba buscando. -ese señor colocó su mano sarmentosa y retorcida en mi pierna, si el otro tenía sesenta, este excedía los setenta, delgadísimo y la nariz afilada, con poco pelo. No creía que a este vejete simpático, que no paraba de sonreírme, se le llegara a empinar la verga.
    
    Habían empezado a aparecer las estrellas, también la luna menguante y más pequeña que días pasados, bajaron la intensidad de la ...
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