Un simple cambio de miradas.. Con el chofer de la compañía - Relatos Eróticos

Un simple cambio de miradas.. Con el chofer de la compañía

... pie, esto lo toma por sorpresa y hace un reparo que da un salto golpeándose con la pared, atacados de risa por tal acción retomo lo que estaba haciendo, escucho respirar profundo y se tapa con una almohada para evitar soltar algún grito o gemido fuerte, desde su talón hasta llegar a sus labios nuevamente, nos fundimos en besos y más besos, nunca hablamos solo actuábamos. Hace ponerme boca abajo y empezó a morder y besar mi espalda, hasta con sus manos abrió mis nalgas y sentí su lengua tan cálida queriendo entrar, con la punta de la lengua se abría paso, intercalaba su lengua con un dedo, dejaba caer saliva y continuaba con la rutina que en lo personal me tenía tocando las puertas del cielo, de pronto solo sentí ardor, o dolor, señal que ya no era su dedo sino su pene que quería entrar, yo solo trataba de apretar un poco para que esperara, baje de la cama y fui a la repisa a tomar un condón… y si algo me excita y los excita es verme poner un condón con la boca, solo escuche un waaaaaoooo, ensalive un poco y fui yo quien ahora tomó la iniciativa, yo llevaba el ritmo, el boca abajo y yo tratando de sentarme despacio en lo que mi ano se acostumbraba al invitado de honor, no pasaron ni dos minutos, creo que no es paciente, cuando sentí su embestida mandando en su totalidad su pene hasta el fondo, me toma de la cintura para evitar que me salga, sentí ardor, dolor ganas de llorar, pero al mismo tiempo placer y es que sentirme domado es otra de las cosas que me prenden mucho, y ver ...

... que ese pedacito de gente a pesar de tu tamaño también tiene gran fuerza en sus brazos. Empecé a cabalgarlo ya acerados ambos, me agachaba me besaba, me mordía los pezones, acelera su ritmo y solo se escuchaba el clap clap de su pelvis con mis nalgas, me hace hacia atrás quedando mis piernas en sus hombros, era el quien ahora decía como hacerlo, dejaba recaer su cuerpo sobre el mío, con una mano sostenía mi pierna y con la otra guiaba su pene a mi entrada, su ritmo ya era desquiciado… las respiraciones de ambos eran totalmente agitadas. Yo me giro y me pongo en 4, empiezan sus embestidas lentas, suaves su contoneo de cadera era tan delicioso el muchacho sabía lo que hacía, el junta mis piernas de modo que mis rodillas queden totalmente pegadas, y mi pecho toco la cama en su totalidad, quedando mi culo elevado, me penetra y sentí una cosa espantosa, sentí como entro más que su pene, nunca había experimentado esa posición, y en verdad ahí entra absolutamente todo, es la posición perfecta para acabar, pues ya que mi ano apretaba fuertemente su pene mientras me penetraba, la sacaba por completo y sin avisar me penetraba brutalmente, salía entraba una y otra vez, provocándome el eyacular sin siquiera tocarme, mi esfínter se contrae y él se empieza a tensar, sus uñas quedaron marcadas en mis nalgas de tanta presión que hizo, señal que estaba teniendo su orgasmo… Ambos quedamos tendidos sobre la cama yo boca abajo y el boca arriba y solo acariciaba mis nalgas mi espalda mientras yo ...