1. Entrada inocente en el armario.


    Fecha: 26/07/2021, Categorías: Primera Vez Gays Autor: sweetchaser, Fuente: xHamster

    ... contar. Y así, la situación se distendió. Llegó mi turno, y subí a una caja, con base de metacrilato, para observar la morfología de mis pies, luego para mi sorpresa, pues en otros colegios no me las hacían así... me bajaron todo el calzoncillo, dejando mi culito prieto a merced de la viciosa mirada de Juanjo. Mientras tanto avergonzado, era manoseado, desde el escroto, al prepucio. Rápidamente después del magreo, tape mis vergüenzas, mientras el doctor me decía, que tenía fimosis. ¡Genial! Me quería esfumar, ahora mis compañeros, podrían conocer otra cualidad que me feminizaba aun más. Con suerte nadie lo habría escuchado.Desde mi puesto, acabando de ponerme los pantalones, vi a Juanjo sobre el pedestal, que deslizaba con sus pulgares, rápidamente el calzón hacia abajo, descubriendo su redondo y bien rematado culo. Lo cubría una fina y morbosa vellosidad. Desgraciadamente, no podía ver bien la parte delantera, sin poder disimular mostrar interés.Al llegar a la clase, siguió explicándome la tórrida escena casi de i****to, con su prima carnal. Me aseguró, que a una habitación de distancia, de sus padres, habían follado, en varias posturas con la ropa interior puesta. El cabroncete, estaba consiguiendo ponerme caliente otra vez.. Solo imaginármelo retozando sudado, y medio desnudo, acelero mis latidos. El también estaba erecto, por supuesto, como lo estuvo en la fila tras de mí.-Entonces, con la voz sugerente, me soltó: - con la fimosis no puedes follar. ¿Verdad?¡Lo había ...
    ... escuchado!.-No sé que quieres decir. -Le dije nervioso. -Sé que la tienes, no tienes que disimular. -Contestó.Me dijo, que no había conocido, aun a nadie con eso, y que se lo enseñara, como hice con el doctor.Después de insistirme un rato, le dejé claro que en la clase, no se lo podía enseñar.Entonces me ofreció una solución: - Pues en la hora del recreo, te espero en el lavabo, cuando no quede nadie.-De acuerdo -le dije yo, satisfecho por que no me insistiría más, pero sobre todo, porque se iba a cumplir mi fantasía de estar a solas con él.Después de sonar el timbre, fui recogiendo despacio, para hacer tiempo, incluso entretuve al profesor unos minutos, fingiendo, que tenía una duda.Al pasar diez minutos, me dispuse a bajar las escaleras, hasta el pasillo que conducía a los servicios, no muy lejos del patio. Mi respiración se entrecortaba, y se me estaba secando un poco la boca. Finalmente me hallé frente la puerta, y disimulando, miré alrededor y la traspasé. Allí estaba, de pie, con un semblante de alivio en la cara y sin inmutarse por mí presencia, meando en un urinario de pared. Este parecía algo embozado, y desde mi posición pude ver como se iba anegando, de liquido amarillento. Permanecimos sin articular palabra, pues yo estaba tenso, y me pasaban mil cosas por la cabeza, menos hablar.El silencio solo se rompía, por el sonido que su orín provocaba al gorgotear sobre sí mismoParecía no tener fin, y con la misma intensidad. También en eso se dejaba ver la diferencia de ...
«1234...»