1. Me enamoré de una prosti (parte 1)


    Fecha: 26/07/2021, Categorías: Hetero Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues

    Me enamoré de una prosti (parte 1) Mi vida ya inicia su curva descendente, por suerte tuve éxito profesional al dedicarme full time a mi actividad. Pero el lado negativo de mi confort económico es notable en mi vida sentimental, tuve algunas parejas que duraron poco, todas me acusaban de estar enamorado de mi trabajo sin prestarles la debida atención. Claro que mis urgencias sexuales no menguaban por esa razón, debiendo concurrir a diferentes prostíbulos para un rato de placer satisfaciendo las urgencias carnales. Un día decidí tomarme unas merecidas vacaciones en algún lugar lejano, alguna provincia del interior donde no se me conociese profesionalmente. Llegué a un paraje remoto que se destacaba por sus paisajes naturales y mucha paz silenciosa. Pensaba gastarme una pequeña fortuna para descansar tranquilo quedando estupefacto por los precios irrisorios. En el lugar existía un sólo hotel que dudo pudiera adjudicársele una sola estrella, pero tenía un cuarto con un pequeño bañito. No estaba aquí por las comodidades y solamente buscaba relajarme disfrutando de parajes paradisiacos. Al par de días ya había recorrido gran parte de la zona advirtiendo que necesitaba también calmar otro tipo de hambre, la pitón encerrada en mis pantalones deseaba cenar alguna carnecita femenina. Pensé que en aquellos lados sería misión imposible pero igualmente consulté con un viejo que atiende la gasolinera: -Buen día don, ¿ sabe si hay por aquí algún lugar para divertirse un rato ?- -- ...
    ... Pueees, sí. Tiene el local bailable de la avenida donde también se puede beber. -- - Mmmm, y allí van mujeres jóvenes tipo. que se las pueda invitar a salir ? - -- Ahhh picarón, usted se refiere a mujeres alegres :) , deberá andar bastante, vaya por el camino de tierra hasta donde dobla, allí sigue hasta una casa que parece de familia pero lo atenderán bien. -- - Gracias, de paso llene el tanque y revise el agua. - Debí entrar rápido al automóvil para que no se me viese una carpa formándose en los pantalones, mi reptil hambriento había escuchado que lo atenderían bien y ya se estaba desperezando en anticipación. Llegué al mencionado local antes de la puesta del sol, temía cruzarme con algún delincuente en parajes desolados pero allí lo que sobraba era tranquilidad y paz. La casa no tenía anuncios o indicaciones referentes a su actividad y sospeché que fuese una broma del viejo. Me atendió una señora algo mayor y titubeando le pedí un vaso de agua aduciendo que estaba caminando por la campiña y cansado. A un costado jugaban dos niñas asumiendo que serían sus hijas, todo esto parecía un hogar familiar no animándome a preguntarle mucho. Al hacerme pasar ya se notaba la actividad del lugar, una tenue luz y música sugestiva, varios sillones y una barra con bebidas. La mujer muy amable estaba por darme agua pero le pedí una gaseosa preguntando el precio, era tan económico como el resto del pueblo y reconfortado le ofrecí quedarse con el generoso vuelto. Ella me tanteaba preguntando si ...
«1234...»