Mi prima peluda 3 - Relatos Eróticos

Mi prima peluda 3

Cuando mi prima me dijo que podía hacer con ella lo que yo quisiera, jamás me imagine todas las cosas que podían pasar, tengo la suerte de tener un buen trabajo por lo que tuve la oportunidad de rentar un pequeño departamento, no muy caro, en el que cuando sale de la escuela debe llegar para tenerla a mi disposición en el momento que yo quiera.

Cuando salgo del trabajo lo primero que hago es llamarle para que esté lista en el momento en que yo llegue, debe hacerlo completamente desnuda, a menos que le diga lo contrario, aunque siendo sincero es tan sexy con su uniforme de prepa, debe tener listo el baño para que me duche y me relaje, en cuanto entro a la regadera sabe que tiene que hacerme un oral hasta que termine en su boca.

Estoy en el paraíso teniendo a una mujer completamente disponible para mí, la primera vez que hicimos esto fue sorprendente entrar en el departamento y verla de pie frente a la puerta de la recamara, solo tenía un listón en el cabello, sus ojos cafés viéndome con una expresión sumisa, sus pechos al aire con los pezones, también cafés, apuntando al frente totalmente duros, su mata de vello púbico asomando de su entrepierna, era una imagen espectacular, de inmediato le dije que se acercara y la bese a lo que ella respondió de la misma manera y sin aguantar más empecé a masajear sus pechos sintiendo lo duro de sus pezones en mis dedos, baje mis labios de su boca al cuello y de ahí a sus pechos, chupe esos duros puntos cafés que se erguían más y ...

... más y con cada succión ella soltaba un gemido de placer, entretenido con sus senos baje mis manos a su mata de vello y sentí la humedad y el calor que salía de ese rincón de placer entre sus piernas, le dije que me desvistiera con los dientes y aunque un poco torpe lo hizo rápidamente, al salir libre el pene de la ropa empezó a jugarlo con las manos y cuando termino de sacar toda la ropa lo chupo como si fuera el dulce más delicioso de todos, el placer era inmenso sabiendo que esto lo podía repetir siempre que quisiera y no tarde mucho en descargar todo el esperma en su boca, la obligue a que lo tragara y aunque con un poco de asco lo hizo sin decir nada.

Para agradecerle el momento de placer que me había dado, la recosté en el suelo alfombrado, le abrí las piernas y metí mi cabeza entre ellas y con mi lengua inicie mi trabajo lamiendo y succionando ese pliegue húmedo, de inmediato empezó a soltar gemidos de placer y al cabo de unos segundos soltó el primer chorro de jugos acompañado de un grito ahogado, indicándome su primer orgasmo, continúe y con el segundo orgasmo pude notar que mi pene estaba nuevamente duro por lo que lenta y suavemente lo introduje en ella entrando y saliendo despacio haciendo que soltara un ligero gritito de placer, poco a poco fui subiendo el ritmo hasta que las embestidas eras más rápidas y al oír que con esto ella gemía y se agarraba los pechos que subían y bajaban al ritmo, me excite más y al sentir que estaba por terminar empecé a acariciar su ...