1. Depravado sexo en el chalet abandonado


    Fecha: 21/07/2021, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: zorro_en_celo, Fuente: CuentoRelatos

    ... chalets, al final del todo había uno que solo quedaban los restos y ya lo había conocido y yo hasta había echado algún libidinoso casquete con alguna guarrilla lugareña. Empecé a subir balanceando mi bici y me iba encontrándome a mí mismo, pues ya había subido aquellas mismas empinadas rampas otras veces. Subían lentamente coches y hasta algún ciclista que como yo deseaba llegar a la cumbre donde ese chalet abandonado se encontraba.
    
    Subía e iba arribando lenta y pausadamente a la cumbre y disfrutaba del ejercicio. Ya me iba acercando al chalet y me estaba acordando de las experiencias que allí tuve. Al llegar allí, paré, me bajé de la bici y bebí un largo trago de agua con sales minerales para reponer fuerzas y comí un plátano para restablecer todo el azúcar perdido durante el trayecto. Agarré la bici por el manillar y me subí a la terraza que había junto a las escalinatas que arribaban al chalet. Allí estaba tumbada sobre una toalla, una hembra madura muy aparente y apetitosamente deseable con las piernas dobladas y con notables ganas de rabo. Yo la miraba con deseo y concupiscencia y me dijo: -Hola, ¿parece que nunca has visto una mujer desnuda por estos pagos? -yo me quedé petrificado, pues mi primera reacción hubiera sido follarla ahí mismo, pues el morbo y la cachondez que tenía en ese momento era de puta lujuria. Me propuso que la pusiera la crema bronceadora. Tenía una faz muy femenina, buenas tetas, un sabroso culo lascivo y unas buenas piernas femeninas, ...
    ... torneadas en el gimnasio de su ciudad. Me dispuse a darla la crema y hablamos y hablamos y me presenté -me llamo Carlos -enuncié yo, -y yo Pamela -añadió ella.
    
    Me contó que hacía pocos días que había llegado sola y que estaba buscando compañía masculina sin más y que la relación que buscaba era lo que durase sus cortas vacaciones de diez días. Yo la seguía poniendo crema y de golpe se me puso duro el rabo y ella lo notó. No podía quitar de mi vista ese fenomenal cuerpazo de zorra en celo que me estaba produciendo un arrebato sexual total. Me levanté después de haberla untado bien la crema solar y me pidió que diera una vuelta sobre mí para ver cómo me quedaba mi equipo ciclista. La pillé mirándome el culo y luego el rabo y creo que se relamió… Yo de ella no podía quitar la vista y me daba más ganas de desaforarme sexualmente, pero me contuve, pues quería que ella fuera mía con su beneplácito y aquiescencia. Al ver que ya no podía más de mi cachondez, ella me empezó a desnudar lenta y lascivamente a la vez que me miraba con procacidad y lujuria. Ella se sintió culpable de haberme puesto cachondo y excitado y decidió bajarme el bulto duro que yo tenía. Al quitarme el maillot y luego el culotte, observó que yo usaba un procaz tanga muy sexualmente obsceno y dio un lúbrico rugido sexual de lujuriosa aprobación, me quitó los zapatos, los calcetines y hasta los mitones y nos quedamos frente a frente, ella desnuda y yo solo con el tanga. Nos tumbamos uno al lado de otro.
    
    Aprovechando ...