1. Arrepentidos los quiere Dios. (Capítulo 55)


    Fecha: 19/07/2021, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Febarsal, Fuente: CuentoRelatos

    ... pequeños con una ternura infinita, y no pudo evitar que dos lágrimas se deslizaran por sus preciosos ojos.
    
    --Portaros bien con la Tata Manolita, veréis que de juguetes os va a regalar.
    
    Contemplaba la escena con embeleso. Dios me había negado un hijo pero Raúl me regalaba dos.
    
    Acondicionamos a los niños en dos camas en mi habitación.
    
    --¡Bueno Marga! Dentro de la desgracia, las cosas para vosotros se os van arreglando. Sé que es imposible que atenúe la enorme adversidad de la pérdida de vuestros cónyuges, aunque para ti, la de Adalberto no creo que te haya afectado nada.
    
    --Veo que has leído la carta.
    
    --Sí, cariño, esta mañana, con seis años de retraso, pero la he leído.
    
    --Y que opinas.
    
    --Esta noche en la cama te doy mi opinión.
    
    ¡¡¡Y la noche fue mágica!!!
    
    --Esta mañana al leer tu carta, he quedado muy apenada Marga. Si hubiera imaginado tu tragedia matrimonial, hubiera hecho todo lo posible. Pero coincidió su llegada con la salida de ese domicilio, y cuando me enteré de tu misiva, ya la habían devuelto.
    
    --Ya lo sé Manolita, pero según estaban aquí las cosas, poco podrías haber hecho. Quedé muy triste cuando me vino devuelta.
    
    Manteníamos este diálogo en el baño. Ella se lavaba los dientes y yo hacía un pis. Me miraba como si fuera la primera vez que me viera en esa posición. Le dije.
    
    --¿Te acuerdas de aquella vez en Río de Janeiro?
    
    --¡Cómo no voy a acordarme! Si fue mi primera y maravillosa vez.
    
    --Yo también fui muy feliz Marga, y ...
    ... cuando me comunicaste tu boda con Adalberto, me llevé un enorme disgusto. Pero entendí perfectamente tus motivos de formar una familia tradicional.
    
    -- ¿Y recuerdas lo que os dije a mamá (bueno papá) y a ti en Río?
    
    --Claro que lo acuerdo, si nos dejaste abrumadas.
    
    --Pues aquellos sueños de libertad y autonomía se me desvanecieron, me convertí al casarme en una esclava de este sistema.
    
    La tomé de la mano y salimos juntas del baño. Los niños dormían sosegadamente en un rincón de la estancia.
    
    Marga se sentó en la cama y alzó sus brazos. De las axilas brotaban el vello que seguramente no habría podido depilarse o afeitarse por razones obvias. Quizás ni se acordó de ello debido a las terribles circunstancias que atravesaba.
    
    Quedé indecisa, no entendía para que aquella postura. (y menos para que le viera los pelos del sobaco)
    
    Rió al darse cuenta de mi titubeo, y al mismo tiempo que ella se percató del estado de sus axilas.
    
    --¡Ay que vergüenza Manolita! dijo tapándoselas con las manos.
    
    Le quité las manos con las pretendía cubrir aquellos vellitos negros, y le volví a poner los brazos en alto, como ella los puso. Había comprendido su gesto: pretendía que fuera yo la que le quitara el camisón.
    
    --Ven cariño, déjame que te lo quite.
    
    Le quité la camisola azul celeste que llevaba, a la vez que le besaba las axilas como demostración de mi excitación ante la contemplación de lo que se me antojaba una sacerdotisa.
    
    Mientras besaba sus sobacos, ella acariciaba ...