1. La putísima madre (capítulo 4)


    Fecha: 15/07/2021, Categorías: Dominación / BDSM Autor: juliomarkov, Fuente: CuentoRelatos

    Una esposa ejemplar
    
    El lunes por fin me digné a atender una llamada de mi novia. Hacía un buen tiempo que no tenía noticias de ella; o mejor dicho, que ella no tenía noticias mías. La noté feliz de escuchar mi voz. Me dijo que me extrañaba. Lo hizo con extrema dulzura. Tuvo la delicadeza de evitar todo reproche por abandonarla durante semanas. Ni siquiera me pidió explicación por no responder a sus llamadas. Sentí culpa. Yo sabía que ella me amaba y que no merecía tamaño desdén de mi parte. Era demasiado buena.
    
    En ese momento estaba estudiando para sus exámenes. Yo le comenté que había desistido de la posibilidad de rendir los míos –por supuesto que no le conté la verdadera causa–, entonces me invitó a su casa con el pretexto de ayudarla a estudiar. De esta forma buscaba atraerme a ella para que volviéramos a estar juntos después de mucho tiempo. Yo percibí en su dulce voz una señal divina y vi en ésta una oportunidad para redimirme, para exorcizar mis demonios, para sacarme a mi madre de mi cabeza aunque fuera sólo por un instante. Mi cerebro hizo un inesperado y saludable click, y acepté la propuesta.
    
    Así fue que pasé lunes y martes con mi novia casi todo el día. El poco tiempo que estuve en casa traté de evitar todo contacto con mi madre, de hecho casi no la vi durante esas cuarenta y ocho horas. Se podía decir que estaba funcionando. Había encontrado el refugio que necesitaba, y nada menos que en mi mujer amada: el antídoto perfecto para eliminar el incestuoso ...
    ... veneno que corría por mis venas.
    
    El miércoles, mientras terminábamos de repasar uno de los temas más difíciles, sonó mi teléfono. Era mi madre. Quería invitarnos a cenar en casa para celebrar el reencuentro de "la feliz parejita” (como ella nos decía). Mi novia aceptó encantada.
    
    Esa noche nos sentamos a la mesa dispuestos a disfrutar de una velada apacible y a degustar la opulenta cena que mi vieja había preparado para agasajarnos. Brindamos por el amor y nuestra buenaventura en un clima de perfecta armonía familiar. Mi novia sentía una profunda admiración por mi madre. La deslumbraba su devoción y apego a su familia, así que aprovechó la oportunidad para hacérselo saber:
    
    —Mi sueño es ser una esposa ejemplar y una gran madre como lo es usted. Usted es un modelo a seguir –le dijo.
    
    —Ay nena, no me digas “usted” que me hacés sentir vieja, y dos veces me lo decís… y seguidas –respondió mi madre destruyendo la solemnidad que había querido imponer mi novia con su comentario.
    
    —¡Ni hablar! –interrumpió mi padre con vehemencia –lo que vale una esposa así no tiene nombre. Alguien en quien se puede confiar. Desgraciadamente eso no abunda en estos días. Me considero un afortunado. Conozco muchos a los que sus esposas le metieron los cuernos, o se separaron y se le quedaron con toda la guita, o ambas cosas. ¡Yo no sé dónde va a ir a parar este mundo con tanta promiscuidad!
    
    Esta vez era mi viejo el que me hacía sentir como basura con su perorata. Pero me consolaba el hecho ...
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