Las fantasías de Adela y Jacinto
Fecha: 06/07/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
Jacinto, 20 años, moreno, de ojos negros, 1.88 de estatura y atlético, llegó a casa de jugar al fútbol. Fue a su habitación y se encontró a su hermana oliendo su calzoncillo, al que había limpiado su semen la noche anterior después de haberse masturbado, y que se le había olvidado echar en la cesta de la colada. Se dio la vuelta y se metió en la ducha.
Jacinto no podía quitar de la cabeza la imagen de su hermana Adela. (1.86 de estatura, morena, ojos azules. tetas y culo grandes y moldeadas caderas) con el calzoncillo en su nariz. Abrió el agua de la ducha. Con el champú que iba a echar en la cabeza se untó el amorcillado cipote. Con el bombeó de la mano lo puso tieso. Su imaginación empezó a volar... El champú era el flujo de su hermana, su mano la vagina. Bombeó más, y más, y más aprisa y explotó. Su leche, mezclándose con el agua, que era la corrida de su hermana, se fue perdiendo por el desagüe.
Volvió a su habitación vestido con una toalla. Su hermana ya no estaba. Se vistió, fue a la sala, y al rato llegó Adela. Vestía la misma falda de tablas marrón, la misma camiseta blanca, apretada y las mismas zapatillas que llevaba en la habitación.
-¿Ganaste?
-Ganamos, 3 - 1. ¿Vas mejor?
-No, la psiquiatra no me sirve de nada.
-Nunca hablamos de tu problema.
-Es de índole sexual, y eso no se habla con un hermano.
-Yo, sí lo tuviera, lo consultaría contigo antes de consultarlo con una extraña.
-No creo que me puedas ayudar.
-Prueba.
-¿Que ...
... dirías de alguien a quien le gusta la lluvia dorada?
-Que hay millones de personas a las que les gusta.
-¿Y de la que le gusta que la azoten?
-El dolor forma parte del juego sexual.
-¡Soy una perversa, Jacinto! Hace un rato olí tus calzoncillos y tuve que ir a mi habitación a masturbarme
-Hay hombres a los que les gusta oler bragas usadas, y no creo que sean perversos.
-Te acabo de decir que me masturbé pensando en ti.
-La fantasía nos hace libres.
-¿Tú serías capaz de oler mis bragas?
-Quítalas.
-No llevo. Las tenía mojadas.
-Vete a buscarlas.
Adela, ni corta ni perezosa, fue a buscar las bragas, regresó, se las dió, y Jacinto, las olió.
-Huelen a chumino. Me gusta su olor.
-¿Te excita?
-Sí, me estoy empezando a empalmar.
-Si no fueras mi hermano...
-¿No decías que eres una perversa?
-Y lo soy.
-No se nota.
-¡¿Quieres hacer realidad mis fantasías?!
-¿Qué quieres que te haga?
-Quiero hacer yo.
-¿Qué me quieres hacer?
-Para empezar, atarte, vendarte los ojos y hacerte un footjob.
-Eso no es una perversión.
-Lo será, puedes apostar a que lo será.
Al rato, Jacinto, desnudo, estaba con las manos atadas a la espalda, con los pies atados por los tobillos y sentado en el sillón de tres plazas. Adela, le cogió el cipote, (20 centímetros) empalmado. Lo metió en la boca y le mordió el tronco.
-¡Ay! Me la vas a arrancar.
-¡Te la voy a comer! -la lamió de abajo arriba- Te vas a quedar sin polla, chulo ...