1. Solo mía


    Fecha: 09/11/2017, Categorías: Fetichismo Autor: Fernán, Fuente: CuentoRelatos

    Hoy les contaré una historia que me paso hace 2 meses, tengo tan solo 18 años y sucedió con mi tía de 35 años. Soy hijo único solo tengo a mi madre y ella trabaja todo el día.
    
    Yo tengo una tía política que nos iba a hacer las tareas del hogar. Ella tenía un cabello negro y largo, un trasero muy sexy ya que, hacia spinning, tez morena, ojos cafés oscuros, unas buenas piernas y unas tetas riquísimas, un abdomen un poquito gordo y una voz seductora. Todo comenzó un día que el sol pegaba a plomo, yo estaba jugando en mi consola de videojuego, como tenía demasiado calor solo tenía un short sin playera. Yo soy un chico delgado de 1.60 de altura, tez blanca. Entonces mi tía dice:
    
    —¡Quien como tu sobrino!!
    
    —¿por qué lo dice, tía?
    
    —tan fresquesito, se me hace que yo también me voy a quitar la playera.
    
    En ese momento yo solo tenía cara de sonrojado y dije —claro. Pero no pensaba que lo iría a hacer. Así que se quitó la playera, me quedé impactado de ver sus tetas rebotar con su brasier y no me quedó más que babear...
    
    —ay sobrino seguramente tú has visto Mejores pechos que estos ...
    
    —no tía (sin palabras, lamentablemente jamás había visto pechos tan grandes)
    
    —bueno, seguiré trapeando. Espero no incomodarte.
    
    —para nada (aunque por dentro solo existía el deseo de poder tocarle esos senos tan grandes y morenos que me veían con lujuria).
    
    Ella terminó de trapear el piso de mi pieza y cuando acabó se puso su camisa, y se fue. Nos despedimos de un beso en la ...
    ... mejilla.
    
    Yo me pasé toda la tarde fantaseando como ella me seducía y yo a ella, no podía creer lo que había visto, su imagen había quedado grabada en mí y me volvía loco.
    
    Al día siguiente, después de la escuela vi a mi tía, la saludé de costumbre y ella llevaba un pants azul muy sexy, pegado a su cuerpo y resaltaban las buenas nalgas que tenía. Ella me saludó y me dijo:
    
    —¿Te gustaría ir a dar una vuelta?
    
    —Con gusto
    
    Después del paseo llegamos a la casa y por fortuna no había nadie, ella se sentó y encendió el televisor, me senté a su lado y comenzamos a ver tele. Después de un rato ella se recostó y puso su cabeza en mis piernas, yo me contuve lo más que pude para no tener una erección, pero no aguanté y poco a poco se me fue parando. Traía un top negro muy escotado que dejaba ver sus pechos, cuando no pude más me levanté y me subí al baño, puse seguro en la puerta y me empecé a masturbar. Estando en el acto, de pronto se abre la puerta y se encontraba ahí parada mi tía, ambos quedamos helados, ella se volteó y yo cerré la puerta, subí mis pantalones y salí a verla.
    
    Cuando llegué a la sala, la encontré sentada y le dije:
    
    —Discúlpame tía
    
    —¿Por qué te voy a disculpar? No hacías nada malo, es algo normal y por mí no te apures que no diré nada.
    
    Después de ese día notaba distinta a mi tía, como que me coqueteaba más. Hasta que un día, ella trapeaba mi habitación y traía unos jeans súper ajustados y una blusa traslúcida. Yo subí a mi habitación y me senté en la ...
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