El suegro de mi hija un Don Juan - Relatos Eróticos

El suegro de mi hija un Don Juan

Mi historia familiar tuvo un cambio insospechado por circunstancias de las cuales somos responsables en alguna forma mi esposa y yo. Nuestra familia conformada por Nubia mi esposa, 46 años, una mujer muy atractiva y además muy sensual lo que la hace encantadora ante los ojos de los hombres, mi hija Patricia tiene 22 años, recientemente se caso con un joven de 28 años y Andrés mi hijo de 20 años. Por mi parte tengo 52 años y siempre he sido muy prudente en mis relaciones íntimas con Nubia, ella en cambio es siempre alegría desbordante lo que la hace simpatizar fácilmente con la gente, pero a veces se equivocan con ella por su manera de ser. La historia comienza cuando nuestra hija nos conto su decisión de casarse con su novio y esto hizo que vinieran las consabidas reuniones previas a la boda y frecuentarnos más con los padres del novio, ellos son Carmenza de 48 años y Rafael de 50 años, en este tiempo tuvimos una magnífica relación, pero en especial mi esposa Nubia con Rafael, ellos desde un comienzo simpatizaron mucho y hacían comentarios picantes entre ellos y Carmenza la esposa de Rafael por el contrario es una muy ingenua que no prestaba ninguna atención a eso, seguramente ya está habituada a la coquetería de Rafael, que sabe aprovechar sus atributos físicos y las facilidades que tiene de galán. De mi parte un poco más malicioso si prestaba atención a esos detalles en los encuentros de Rafael y mi esposa. Por ejemplo en saludos o despedidas sus abrazos eran bastante ...

... efusivos, en especial había que ver como sus pelvis se pegaban y qué decir del día de la fiesta de matrimonio de nuestros hijos, donde el exceso de copas hizo que creciera más de la cuenta esa confianza entre ellos. Aquel día al final de la fiesta celebrada en un club escogido por los novios, a la madrugada las luces las fueron disminuyendo creando un ambiente de intimidad que algunas parejas empezaron a aprovechar y entre ellas mi esposa Nubia con Rafael. Yo estaba atento a los acontecimientos, sin embargo de pronto ella y Rafael desaparecieron de mi vista por más de 15 minutos y luego como por arte de magia los dos reaparecieron por diferentes sitios del salón, casi al tiempo. Entonces me llamo la atención la coincidencia, estaban bailando, desaparecieron al mismo tiempo y vuelven al salón más o menos en el mismo momento, es seguro que ellos estaban juntos, haciendo que, no lo sabía. Esto me puso en alerta y las siguientes veces que nos encontramos preste mucha atención y era evidente que cada día la confianza que se creaba entre ellos era mayor y esto hacia que se trataran de una forma que me inquietaba, por eso, aunque siempre respete la intimidad de mi esposa, tratando de averiguar la realidad y eliminar que fueran fantasías mías, decidí entrar a los correos de texto de su celular y vi que se habían cruzado varios correos con Rafael, al principio solo galanteos de parte de él, pero en uno que correspondía a unos días siguientes a la boda de nuestra hija, decía… Nubiecita, te ...