1. La Vida es un Sueño


    Fecha: 18/06/2021, Categorías: Incesto Autor: ioelmejor69, Fuente: SexoSinTabues

    La Vida es un Sueño. Del cual no quiero despertar a pesar de todo. Primero que nada, quiero darles una idea de la situación que pasaba antes del momento en que ahora me encuentro para ver si la relación de los acontecimientos me hacen sentir menos culpable. Me llamo Andrea, tengo en este momento 37 años y como muchas madres solteras, la razón e impulso en mi vida me lo dio en todo momento mi pequeño hijo Alberto, quien recientemente cumplió los 21 años, justo cuando las cosas empezaron a cambiar en nuestras vidas. Cuando quede embarazada, su padre, el que creí el amor de mi vida, se espantó y salió huyendo de mi vida, con solo dieciséis años, me sentí morir pero me dejo con el mejor regalo, un hijo por nacer y miles de penurias por venir. Ninguna mujer está preparada para ese tipo de vida, asistí a un hospital asistencial ya que no podía pagar ningún tipo de consulta, al nacer mi hijo, fui la mujer más feliz, tenerlo entre mis brazos, amamantarlo, bañarlo, vestirlo era emocionante, a pesar que veía dificultades en el futuro inmediato sola con él bebe en los brazos me sentía fuerte y poderosa, capaz de lograr todo lo que me propusiera, la realidad de la vida siempre me sometió a pruebas bastante severas. Para poder trabajar y mantenerlo, tuve que dejarlo en una especie de hospicio donde me permitían pasar a darle el pecho por las tardes, mi bebe se pegaba con firmeza a chupar hasta que dejaba mi seno vacío, lo pasaba al otro y con la misma fruición lo vaciaba, así como si ...
    ... adivinara que no lo vería hasta el día siguiente, así sin pensarlo paso un año y mi bebe, comenzó a caminar, me recibía siempre con mucha alegría y de inmediato se prendía a mis pechos que aún tenían leche, de repente sentí un pequeño mordisco y eso basto para que como una señal eléctrica la sensación de su mamada y mordisco, llegara por dentro de mí a mi clítoris, volví a sentirme mujer aunque solo fue por breves momentos. Dos o tres meses después, una de las monjas que cuidaban a los niños, llego cuando mi bebe mamaba, se nos quedó mirando y me dijo que esta situación tenía que terminar, que el niño era muy grande y ya no era propio que yo siguiera asistiendo a alimentarlo, por tanto, ahora solo lo veía unas pocas horas el domingo, la primera vez el niño se mostró arisco conmigo y solo me permitió abrazarlo después de muchos ruegos, cuando así lo hice, subió sus manitas y atrapo mis senos, rebusco con las manos hasta que localizo el pezón y así sobre la ropa, se puso a mamar de mí, consiguió sacar leche y puso una enorme sonrisa sobre su rostro, como nos encontrábamos en el jardín, busque esconder su maniobra a los ojos de otras madres y de las monjas, para el siguiente fin de semana, ya no pudo encontrar igual cantidad de leche pero continuo mamando, después de dos meses, mis senos estaban secos ya no había leche, seguí permitiendo su maniobra porque creí que así le mostraba mi amor y mi grandísimo afecto con palabras le trate de explicar que extrañaba su presencia y que me ...
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