1. Mi hermana Ana


    Fecha: 18/06/2021, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Esta experiencia se remonta a mis años de juventud, alrededor de 1999, tenía yo por aquel entonces 17 años. Soy el segundo de tres hermanos, Ana era la mayor con 18 años y Roberto, que era el pequeño, contaba con 10 años. Era verano y mis padres habían decidido irse de vacaciones 15 días. Nosotros tres íbamos a quedarnos en casa, porque nos había quedado alguna que otra asignatura para Septiembre y teníamos que estudiar para los exámenes. Cuando digo en casa, no es del todo correcto ya que únicamente acudíamos a ella por la tarde y por la noche. A comer y a cenar íbamos a casa de nuestros abuelos que vivían a unas calles de nuestra casa. Por la mañana teníamos que ir a repaso a una profesora particular y por la tarde, ya en casa, repasábamos lo estudiado por la mañana. Todo empezó la primera tarde.
    
    Estábamos estudiando en casa, Roberto y yo en nuestra habitación y Ana en la suya, cuando mi hermano comenzó a incordiarme. Se puso pesadísimo como solo los hermanos pequeños saben ponerse y comenzamos a discutir, pero pronto la discusión se convirtió en una pelea. Así estábamos cuando Ana entró en la habitación y nos zarandeó a los dos hasta que dejamos de pegarnos. Nos regañó todo lo que quiso y más. Naturalmente, sacó a relucir que nuestros padres la habían dejado a ella como responsable y blablabla… Lo último que dijo nos dejó helados tanto a Roberto como a mí.
    
    - Se lo contaré a papá.
    
    Digo que nos dejó helados porque nuestros padres nos habían prometido que si nos ...
    ... portábamos bien, al regreso de las vacaciones nos comprarían una balsa hinchable para poder ir a la playa. Así que aquello sería para nosotros realmente terrible. Intentaba concentrarme en el estudio pero una y otra vez venía a mi mente la balsa neumática. Me resistía a quedarme sin ella. Durante toda la tarde estuve dándole vueltas al tema.
    
    Cuando después de cenar regresamos a casa, Ana se fue a duchar, mientras nosotros dos nos quedamos viendo la tele. No sé por qué empecé a imaginarme a mi hermana desnuda, duchándose. Tengo que reconocer que en esa época solamente había visto un par de fotos de mujeres desnudas en casa de un amigo y nada más. Como es natural a esa edad, tenía una gran necesidad de masturbarme, incluso lo hacía más de una vez al día, así que cuando ella salió del baño, rápidamente me metí yo y empecé a cascarme una paja antológica. He de reconocer que ya alguna vez me había masturbado pensando en ella, después de haberle visto las bragas o el sujetador, pero nunca lo había hecho de la forma que lo hice ese día.
    
    Cuando salí, ella ya estaba en su habitación, así que me dirigí a la mía. Al entrar, Roberto ya se había metido en la cama. Me miró y sonriendo hizo un expresivo movimiento con la mano dando a entender que sabía que me había estado masturbando. No hice caso y me senté en su cama.
    
    - Deja de hacer el tonto y escúchame -le dije- Si queremos que los papás nos compren la balsa hinchable lo mejor que podemos hacer es ir a pedirle perdón a Ana y ...
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