Nueva vida y placeres para explorar. - Relatos Eróticos

Nueva vida y placeres para explorar.

Nueva vida y placeres para explorar. Alicia es una mujer de 45 años, una hermosa mujer de piel clara y de cabello corto y ondeado, le gusta usar collares y aretes, con prendas holgadas como vestidos, no es de muchos escotes pero el tamaño de sus pechos se hace notar. De esas gorditas que provoca, con piernas torneadas, caderas grandes y tetas grandes. Se casó a temprana edad y se fue a vivir a otra ciudad con su esposo. En aquellos tiempos Alicia usaba ropa algo ajustada que dejaban ver sus hombros desnudos con su cabello ondeado cayendo por sus hombros, escotes y leggins. Alicia tuvo a su hijo a los 22. Con el pasar de los años su manera de verse y vestirse cambió al percatarse que su hijo la espiaba al bañarse y cambiarse. No lo tomó a mal porque su hijo de entonces 13 años ya estaba a merced de las hormonas. Una mañana preparando el desayuno no se percató de su hijo hasta que suavemente paso su mano por su cintura y le dijo lo hermosa que era y cuánto la amaba. Inesperadamente, su hijo le dio una pasada con la palma muy abierta, de manera lenta, palpando su culo redondo. Ella cerró los ojos, temerosa de que la situación se desbordara. Se safó y se dirigió al cuarto de baño para retocarse. Echó el cerrojillo, se apoyó en la puerta abriéndose la bata a toda prisa y bajándose las bragas unos centímetros. Se sacudió el chocho velozmente con la palma abierta, todo por el tacto de su hijo, por el morbo de haberle levantado la bata y haberle visto las bragas. Se dio tan ...

... fuerte que se corrió enseguida, luego se apoyó en el lavabo y se miró al espejo. Se estaba viendo atrapada por la mente retorcida de su propio hijo. Tenía que controlarse, se lo repetía una y otra vez, antes de que el asunto se fuera de las manos. Se cortó el cabello, se colocó brackets, usó ropa más recatada, no se maquillaba salvo su lápiz labial, aunque aún le gustaba usar de accesorios sus collares, aretes y pulseras de plata que combinaban con su piel. No quería ser el objeto sexual de su hijo. Se había separado de su esposo hacía un año. Con el pasar del tiempo, su hijo se enamoró de una vecina de la misma edad, ahora de 18 años. Ambos jóvenes se hicieron inseparables y empezó el amor. Jessica se había vuelto una joven delgada y proporcionada que usaba jeans ajustados y tops ajustados oscuros que contrasta con su tez trigueña y cabello lacio muy largo de color azabache. Alicia no pudo evitar sentir celos, estaba sola desde hace años y el apego con su hijo se distanció un poco tras la llegada de Jessica. Su hijo era un hombre de cuerpo proporcionado y hombros anchos que le atraía sexualmente, pero esos instintos los reprimía. Sin embargo, no pudo evitar que su subconsciente lo hiciera, teniendo sueños húmedos. Alicia se fue de viaje unos días por una reunión de negocios, pero regresó un día antes, cansada, Alicia los encontró follando. Jessica llevaba la bata de Alicia: Fue una noche intensa y maravillosa. Le alzó en brazos, y la depositó en el diván. Desnudos los dos, se ...