La soledad de dos mujeres - Relatos Eróticos

La soledad de dos mujeres

Laura estaba acostada en su cama, había llegado de una reunión de amigas con unos tragos de más, una reunión supuestamente para pasar un rato agradable se había convertido para ella en una pesadilla…la razón era muy simple, Laura estaba divorciada y hacía tiempo que no disfrutaba del sexo, eso para una persona normal era soportable pero no para ella que era una adicta sexual…así de sencillo…le gustaba el sexo en todas sus presentaciones aunque tenía como toda mujer marcadas preferencias por algunas prácticas que de pronto eran vistas por sus amigas como relaciones escabrosas…pero ella hacía y disfrutaba lo que en su entender era permisible y agradable…pero ahora qué pasaba ? en esas benditas reuniones después de disfrutar de unos tragos la mayoría de sus amigas se dedicaban a hablar de sus pilatunas sexuales…y aquí ella se quedaba sin tema…aunque estaba divorciada no tenía por ahora un amante estable…la verdad después de ver tantos espejos a su alrededor le daba miedo emprender una aventura por el solo hecho de tener un hombre y sobre todo de un tema de que hablar…pero siendo tan adictiva cómo hacía Laura para acallar esos ímpetus sexuales que la devoraban en las noches ?…sencillo… un completo set de juguetes sexuales le servían para aliviar ese fuego uterino que la abrasaba …tenía consoladores de diversos colores, tamaños y materiales… sin embargo la manipulación de esos artefactos muchas veces no la dejaba satisfecha… faltaba algo esencial y era el calor humano de otra ...

... persona…un consolador podía pasar una y mil veces por sus labios vaginales y rozar su clítoris ene veces pero nunca era comparable con sentir una lengua deslizándose lentamente por el entorno de su vagina y penetrando esa gruta de placer…o con un dedo juguetón explorando sus paredes vaginales con movimientos fríamente calculados para sacar el mayor placer… por estar en estas elucubraciones no se dio cuenta y la copa de vino se había acabado…todavía tenía muchas ganas de beber y se sirvió un buen trago para mitigar ese calor que ya la estaba incomodando…antes de acostarse se miró al espejo…la imagen le reflejó el rostro de una mujer con un rostro agradable…un cuerpo que envidiaría una quinceañera…unos señor turgentes y deliciosamente grandes…llevaba una bata de dormir satinada de color rojo…le gustaba ese color pues la relacionaba con el deseo apasionado que siempre llevaba en su interior…se quitó el brasier que aprisionaba esas deliciosas tetas y se quitó el panti también de color rojo para quedar prácticamente desnuda…se acostó en su mullida cama y empezó a degustar el delicioso vino…su bata de dormir prácticamente quedó abierta solamente medio cerrada por un lazo que estaba apunto de zafarse…con su mano derecha llevó la copa a sus labios mientras con la izquierda acariciaba sus senos…hacía demasiado calor en esa pieza y el licor muy pronto la sumergió en un estado de ensoñación…no estaba dormida, tampoco estaba despierta pero su mente empezó a procesar imágenes de mujeres, de ...