1. Mi hermana querida


    Fecha: 01/06/2021, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Danino, Fuente: CuentoRelatos

    Debí viajar al campo con mi hermana, para solucionar un tema pendiente de la sucesión de mi padre… Mi hermana tiene 29 años y está divorciada de hace 2 años. Soy su hermano menor y tengo 22 años. Desde chico, no me llama Daniel, sino que me nombra "hermanito".
    
    No sabíamos de este campo, así que cuando nos enteramos de este campo en la provincia de Bs. As., encomendamos a una inmobiliaria del pueblo próximo que se ocupara de la venta. Conformes con los valores, acordamos ir a una escribanía del lugar para finiquitar el papelerío.
    
    Decidimos ir con el auto nuevo de Patricia, para ver cómo funcionaba en ruta. Ella no tiene hijos y al separarse, el marido interesado en tener los papeles de divorcio acordó que le cediera el 75 % de la empresa, 2 automóviles y un par de departamentos en Puerto Madero.
    
    Salimos un viernes, sin saber que la escribanía no actuaría hasta el lunes, por tanto debimos buscar alojamiento en el pueblo y lo único que conseguimos fue un par de habitaciones, pero con la particularidad originalidad de que el baño era compartido en suite en el que una vez que uno entraba en él, cerraba la puerta que conlleva al otro dormitorio con pasador interno para privacidad personal.
    
    Esa noche decidimos ir a cenar a un restaurant frente a la plaza central recomendado por el conserje. Como quedaba a unas pocas cuadras, dejamos el coche en el garaje del hotel y fuimos caminando.
    
    Mi hermana, realmente es muy bonita y tiene un cuerpo maravilloso, notándose las ...
    ... horas de gimnasio. Su cabello abundante le cae sobre los hombros y vistiendo una falda corta llama las miradas de varios en el local.
    
    —La comida era rica y abundante —observó Patricia.
    
    —Si —dije— a mí me pareció bien —y agregué— tomaremos un café ya que no tenemos apuro y disfrutaremos unas mini vacaciones.
    
    —Hace tiempo que no tomo descanso. La Empresa me ocupa bastante y no quiero descuidar lo que me dejó Claudio.
    
    —¿Extrañas a Claudio? —pregunté.
    
    —No —dijo con firmeza— pero a veces me siento sola. No es fácil vivir sin afecto ni sentirse deseada por un hombre.
    
    —Bueno, te comprendo —y bajando la voz, dije:— No te faltarán pretendientes ni interesados. Eres una mujer muy deseable.
    
    —El ambiente en que me muevo, no es propicio —dijo mirando el fondo de la copa que bebía— por otra parte no me es fácil la relación con extraños. Ya no soy una jovencita como las que sales tú.
    
    —¿No estas saliendo con nadie? —pregunté asombrado.
    
    —Por ahora me conformo sola, sin nadie —agregó— y mejor nos vamos antes que se largue a llover.
    
    Salimos del restó y no habíamos caminado una cuadra que se largó una lluvia tremenda. El agua caía a baldes y no había donde protegerse. Nos cobijamos en el desván de una puerta en una casa. Ya a esa hora no había gente en la calle y menos aún con la torrencial lluvia que caía.
    
    El lugar era estrecho y apenas entrabamos los dos bajo el alero. Prácticamente estábamos pegados uno al otro y nuestros cuerpos se tocaban entre sí. La cercanía ...
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