1. Carlos y su -Arma-


    Fecha: 29/06/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Me sorprendí mucho cuando Carlos se bajó los calzones. En realidad que tenía una polla enorme.-¿Y no te duele tenerla así de grande?-, le pregunté. Él solo me sonrió.
    
    Carlos es un chico de piel blanca, como de un metro ochenta centímetros de estatura. Es de cabello ondulado, tiene una boca carnosa y unos ojos café que te cautivan. Es uno de esos tipos que enloquecen a cualquier mujer con solo hablar con ella.
    
    Mi nombre es Viviana y soy oriunda de Jaen, aunque actualmente vivo en México. Soy chaparrita, mido apenas un metro con cincuenta y seis centímetros. Lo que le gusta a los hombres de mí es mi tremendo culito, es redondo y carnoso, como los de las estatuas griegas. Y mi cabello es rubio y largo, me lo peino de trenzas. Mi cintura es bastante pequeña, al igual que mis senos, pero todo en su conjunto me hacen ver muy apetitosa para los varones.Por fin se me había hecho irme a la cama con Carlos, y ahora que lo tenía delante de mí, totalmente desnudo, comenzaba a sentirme temerosa.
    
    -Jamás he tenido un pene tan grande como el tuyo dentro de mi. Con eso vas a tocar lugares que nunca nadie ha tocado antes, soy como una virgen para ti.
    
    Me subí a la cama mientras me miraba. Esa noche llevaba puesta solo un vestidito floreado muy ligero, de esos que se usan en primavera, y una tanguita pequeña. Primero me quité la tanga, muy sensualmente, agachándome para que Carlos me viera el ojete del culo.
    
    -¿Y me lo vas a hacer por atrás?-Claro que sí pequeña.
    
    -Tengo miedo ...
    ... de eso. ¿Me va a doler? Es que tienes tremendo pollón. Tal vez me destrozas toda por dentro.
    
    Me bajé los tirantes de mi vestido y lo dejé caer libremente al suelo. Alcé mis brazos y le dije:-¿Qué te parece lo que ves?-Veo que venías preparada. Me gusta tu chocho depilado. Pareces una muñequita.-¿Una muñequita se comería eso que tienes colgando entre las piernas?-, le dije mientras le mostraba mis nalgas, abriéndolas con mis manos para que pudiera verme mejor.
    
    -Y deja que la veas parada muñequita, te va a gustar mucho más. Baja de esa cama. Acércate, vela de cerca.
    
    Hice lo que Carlos me pedía. Me paré junto a él y me sentí mucho más pequeña de lo que ya estoy. Él es tremendamente alto. Sobre todo si estoy descalza. Muy apenas le llego al pecho. Parezco como una joven junto a un enorme jugador de baloncesto. Me abracé a él y sentí como su polla se pegaba a mi vientre. Sentí como comenzaba a crecer.
    
    -Es enorme-, le dije, riéndome nerviosamente.
    
    -No tengas miedo, agarrala. Vamos, anímate, dale un besito.
    
    Entonces me arrodillé delante de él. Tenerla cerca de mi rostro la hizo parecer aún más grande. En estado de semi-reposo era casi del tamaño de todo mi rostro.
    
    -Vamos, agarrala-, me dijo.
    
    Armándome de valor la tomé con una de mis manos. Esta se veía tan pequeña. Yo creo que ni con tres manos del tamaño de la mía podía cubrirla completamente. Se sentía tan firme, tan gorda. Su cabeza también era gorda, de un color entre rosa y morado. Era tan sexy su pene, ...
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