1. Una apuesta con mi profesora en la universidad


    Fecha: 22/05/2021, Categorías: Sexo Oral Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    He entrado a la clase de ciencias políticas en mi segundo semestre de universidad y voy mirando alrededor a todos mis nuevos compañeros de clase. En cada pupitre hay un panfleto con los requisitos y expectativas que puede encontrar el estudiante en aquella clase, como también hay una pequeña biografía del catedrático que imparte la clase: Profesora Judith A. Robinson con dos post grados en historia y filosofía y en el momento también obteniendo en la misma universidad que ensena, ella es alumna para un doctorado en filosofía. Quizá, como todos los demás que estaban ahí, me imagine a una mujer de edad, usando lentes y con esa aptitud de autoridad que dibujan para mantener la distancia entre alumno y maestro.
    
    Para mi sorpresa, la catedrática Robinson estaba sentada entre todos los estudiantes y cuando llego la hora de introducir la catedra, mirábamos a una chica que parecía no tener más de 21 años, (aunque luego supimos que tenía 26), cabello castaño, cejas depiladas pero anchas, nariz larga y puntiaguda que iba bien con su fisonomía ovalada, y unos labios color rojos de donde se le escuchaba una voz bastante aguda pero dulce, quizá melosa o delicada. Sus ademanes eran finos, muy bien estructurados y le daban ese tono muy delicado y exquisitamente femenino. Llevaba un vestido formal, simple, cuya falda cubría sus rodillas, pero de lo que podía ver de sus desnudas pantorrillas, se miraban bien trabajados por alguna rutina deportiva. Debería de medir quizá un metro y sesenta ...
    ... centímetros, quizá aparentaba más altura por sus zapatos de tacón, pero no debería de pasar más de 125 libras. Quizá por el vestido, no podía apreciar el volumen de sus pechos y de su trasero, pero definitivamente la catedrática Robinson, llamaba la atención, pero lo que realmente me llamo la atención, más que todo por el momento que vivía, fue cuando dijo lo siguiente:
    
    —Damas y caballeros, realmente entiendo el mundo en que vivimos: muchos aquí deben trabajar, algunos ya tienen familia, todos tenemos muchos compromisos. Yo soy ese tipo de maestro que no me importa que vengan tarde o incluso que no vengan a la lección. En mi clase solamente hay dos exámenes para evaluar el progreso y la calificación del estudiante: uno será en dos meses (y nos da la fecha), el otro al final del cuarto mes. Si ustedes creen que tienen la capacidad e inteligencia para venir solamente esos dos días, yo no tengo problema. Y si a mí no me llega el reporte que has decidido cambiar la clase en los próximas dos semanas y no te veo en clase, asumiré que sigues matriculado en mi clase y están sujeto a mi evaluación, vengas o no vengas a mi clase.
    
    Realmente para mí era una ventana, pues de esta manera tenia más tiempo para mí, y bueno este tipo de asignaturas siempre habían sido fáciles para mí, pues en realidad se trataba de la historia, el nacimiento de la nación de Estados Unidos y era más que todo leer el libro que en el panfleto mencionaba que debería adquirir. Al final de la clase y con un ...
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