El Día Más Largo - Relatos Eróticos

El Día Más Largo

... Charlamos sobre esto y aquello, cuando dijo: "Tenemos un frasco de café, ¿te gustaría compartir algo con nosotros?" Acepté de buen grado.Caminé con él hacia su esposa. Tenía más o menos la misma edad que él, cabello castaño medio largo, no era bonita, pero ciertamente tenía un gran atractivo sexual. Dejó caer el sarong revelando su sujetador y sus bragas. Sus pechos no eran ni grandes ni pequeños. El esposo sirvió el café mientras ella se quitaba las bragas primero. Ella también estaba depilada. Se quitó el sujetador. Lo que vi a continuación hizo que mis ojos se salieran de sus órbitas. Ella tenía los pezones más hermosos, casi dos centímetros de largo. Ambos notaron que me conmovían."¿Quieres tocarlos?", preguntó ella. “Te dejo si nos dices tu nombre.”"Por supuesto, con mucho gusto. Felipe "."Somos Montse y Marc. Bueno, adelante, Felipe. Tienes mi permiso. Me encanta que los toquen ".Tomé el pezón izquierdo primero y lo sostuve entre mi índice y medio y froté mi pulgar suavemente sobre la punta. Se endureció de repente. Hice lo mismo con el otro. Señalaban como dedos acusadores. "¡Bien!", arrulló. "¿Quieres darles un poco de succión?" No necesitaba que me preguntara dos veces. Pasé mi lengua por la punta. Marc estaba bastante emocionado y ahora estaba medio erecto.Ella miró hacia abajo a mi pene ligeramente hinchado (si no hubiera sido por Jackie la noche anterior, habría sido realmente difícil de controlar).Me sentía excitado, pero no tanto como Marc, que casi tenía una ...

... erección completa. "Vamos a nadar", sugirió. Fuimos juntos al agua. Nos metimos en un pequeño grupo. Marc y yo sostuvimos a Montse para formar un asiento para ella.Eran de Barcelona, pero visitaban el área regularmente. "Tenemos casa aquí y nos gusta ir a un club de encuentros llamado El Niú. ¿Lo conoces?""Sí, he estado un par de veces.” El Niú es uno de los clubes de intercambio de parejas más conocidos de la costa.Ahora mi pene estaba tan duro como una baqueta. A Montse la sostuvimos entre nosotros, y yo chupaba un pezón mientras Marc tomaba el otro. Pronto ella no podía tomar más. "Subimos a la playa, que me violéis los dos”. Caminamos hasta nuestras toallas. Mi pene estaba realmente rígido, y Marc estaba más que listo también. Dios mío, él era grueso.Montse se acostó sobre su espalda. Marc quería llevarla primero. Él me pasó su teléfono. "¿Puedes filmar esto?" Evidentemente no era momento de preliminares. Él estaba dentro, gimiendo y bombeando como un salvaje durante unos minutos. Sus piernas estaban separadas y sus bolas colgantes golpeaban la arena. Ella también chillaba del placer. Estaba en el éxtasis. “No aguanto máaaas…” Él disparó su carga. Y que carga! Fue un esfuerzo supremo; una gran cantidad de semen chorreó con tanta fuerza que le llegó hasta la garganta. Muy impresionante para un hombre de su edad. Hacía tiempo que yo no podía eyacular esas cantidades.“Felipe, qué esperas?” gritó MontseMarc se levantó y agarró la cámara. "Te toca. Haz tu trabajo”.La penetré sin ...