1. FUE MIA GRACIAS A LA BORRACHERA DE SU ESPOSO


    Fecha: 17/05/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Estaba con un amigo en un bar tomándonos un par de cervezas cuando llegó un viejo conocido de la carrera junto con su esposa. Se sentó en la mesa de a lado y minutos después de saludarnos nos pidió que los acompañáramos a celebrar su segundo aniversario de bodas. Junto con mi amigo accedimos a la petición.
    
    Estando en la mesa nos presentó a Loyda; Loyda era su novia desde la universidad y actualmente su flamante esposa. Loyda es delgada y de cabello lacio color castaño, mide aproximadamente 1.65 de altura, sus piernas son delgadas y bien torneadas, es poseedora de una bonitas nalguitas que están bien paradas y redondas. Su cintura es delgada y le hace ver un cuerpo espectacular, así como sus senos que a pesar de no ser muy grandes, están firmes y dignos de observar.
    
    Esa noche Loyda llevaba un vestido negro de un generoso escote en “V” el cual portaba sin brasier, el vestido le llegaba a las rodillas con una caída natural, usaba medias y una zapatillas de tacón alto negros que hacían lucir sus piernas de manera espectacular.
    
    La noche transcurrió. Platicamos, reímos y disfrutamos del ambiente unas horas más. Para ese entonces, José, el esposo de Loyda, ya estaba bastante pasado de vino. Pero eso no fue ningún impedimento para que nos fuéramos a otro bar donde tenía una pista de baile. Compramos una botella de vodka y decimos acabarla esa misma noche. Mis amigos se encargaron de terminarse la botella, mientras que Loyda y yo nos parábamos a bailar ocasionalmente con el ...
    ... consentimiento de mi amigo, cosa que aprovechaba para pegarme a su cuerpo y sentir sus finas curvas por debajo de su vestido y ocasionalmente ver sus senos por entre el escote de su vestido a lo cual Loyda hacía caso omiso de ello.
    
    Mientras bailábamos Loyda también se acercaba a mi cuerpo y sin desaprovechar la ocasión llevaba mis manos a sus ricas nalguitas para poder abrazarla, Loyda solamente apoyaba su cabeza en mi hombro y suspiraba a mi oído. En uno de los bailes de la noche, fue tal mi atrevimiento que le metí mi mano por debajo del vestido levantándolo hasta sus nalguitas, lo que me permitió confirmar el uso de una diminuta tanga con un pequeño encaje en la parte de enfrente. Loyda.
    
    En ese juego con su tanga pude meter mis dedos por su vagina y tener en ellos la miel de su flujo vaginal, cosa que Loyda nunca dijo ni una sola palabra y solo gemía a mi oído. Me dijo que nunca se había comportado de esa manera en un bar y mucho menos con un hombre que no fuera su esposo.
    
    Cuando le dimos el último trago a la botella, ya todos bastantes alegres, salvo José que estaba totalmente ebrio, decidimos irnos cada quien a su casa.
    
    Mi amigo se retiró y decidimos que yo acompañaría a Loyda y a su esposo hasta su casa ya que viven en dirección a la mía. Mi amigo se llevó mi auto para que no dejáramos la camioneta de José en el antro, Loyda manejó de regreso y José iba con ella en el asiento delantero, por lo que me tocó ir en el asiento de atrás. En el camino José se durmió ...
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