1. Las piernitas de mi Profesora


    Fecha: 10/05/2021, Categorías: Fetichismo Autor: LigaLegitz, Fuente: CuentoRelatos

    Mi profesora de matemáticas es tan joven y tan hermosa que es difícil no ponerle un ojo encima. Sin embargo, sus clases llaman más la atención por ella misma que por el contenido. Tiene unas piernas de lujo, las cuales luce en hermosas botas y que a su vez ella suele acariciarse a sí misma.
    
    Así que, con cuaderno en mano, fui a su casa, con la excusa de preguntarle algunas cosas. Ella me abrió la puerta. Estaba vestida con blusa negra, minifalda azul de mezclilla, y unas sexys botas negras que le llegaban hasta debajo de la rodilla. Nos sentamos en el sofá de la sala de estar. Tomó mi cuaderno, le pedí que me dijera si aquellos ejercicios estaban bien resueltos. Ella comenzó a leerlos, y mientras que con una mano sostenía el cuaderno, con la otra lentamente empezó a acariciarse su rodilla.
    
    Le pregunté si quería un vaso de agua y me dijo que sí, entonces fui a la cocina. Busqué a ver si había cloroformo. Quería acariciar sus piernas, pero sabiendo que no me dejaría, tenía que hacerla desmayarse. Luego de poco buscar encontré, y vacié un poco en un pañuelo. Volví al sillón y le entregué el vaso. Cuando terminó, puso el vaso en la mesa de enfrente y apliqué el cloroformo. Fue más fácil de lo que pensé. Puse mis manos en ella y empecé a acariciarla desde los muslos hasta las botas. Después, le quité las botas para mirarle las piernas en su máximo esplendor. Pero ahí despertó.
    
    β€” No me engañas. ¿Tú me quitaste las botas?
    
    β€” Eh… sí – dije, sin saber qué decir.
    
    β€” ¿Y me ...
    ... hiciste desmayarme para tocarme mis piernas?
    
    β€” Sí.
    
    β€” (Sonriendo) Pues no se sintió mal, al contrario.
    
    No me esperaba que dijera eso.
    
    β€” ¿Sabes? Podemos hacer un trato – me dijo.
    
    β€” ¿Qué trato?
    
    β€” (Poniendo sensualmente sus manos en su pierna izquierda y acariciándosela) Mañana hay examen. Si sacas buena calificación podrás venir acá de nuevo. Y si sacas la nota máxima… tal vez te dejaría hacerme desmayar.
    
    Afortunadamente, saqué la nota máxima, y volví a su casa. Estaba vestida con blusa blanca, shorts negros y las mismas botas negras. Me dijo que me sentara con ella en el sofá. Se cruzó de piernas y con sus ojos me dijo que la tocara. Puse mis manos en sus rodillas y empecé a acariciarlas lentamente. Ella me sonreía mientras yo comenzaba a sobarla más rápido y más fuerte.
    
    β€” ¿Y me harás desmayarme? – me preguntó.
    
    β€” ¿Cómo hago eso?
    
    β€” Como quieras. Quisiera sentir esa sensación.
    
    Me dijo como pista el hecho de que era sensible ante los golpes. Parecía que era algo masoquista. Le di un golpetazo en su cara entonces. Ella me sonrió, y luego se desmayó, cayendo sobre la alfombra al lado del sofá. Vi su rostro y mantuvo la sonrisa. Me senté y miré por un buen rato sus piernas antes de seguir acariciándoselas.
    
    La senté de nuevo en el sofá. Estaba completamente desmayada, no se movía ni nada. Crucé sus piernas, y tomando sus manos, hice que se acariciara a sí misma. Empezó a darme sueño, y finalmente me recosté en el sillón, usando sus piernas a modo de ...
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