TERRORES NOCTURNOS - Relatos Eróticos

TERRORES NOCTURNOS

... hasta los límites de la física, y me ha oído los jadeos, los sonidos guturales que me salen cuando estoy muy solo y disfruto mucho de mí.Me ha visto y rápidamente se ha escondido dentro de su casa. Ha huido despavorecida.Me quedo totalmente inmóvil, sentado, obviamente la erección desaparece, casi que ni me la encuentro, mi mini-yo también se ha escondido, igual que la vecina, lleno de vergüenza.Me han arruinado la paja, aunque mis neuronas sigan estando allí abajo...... aunque mi vecina siga estando en la puerta, escondida tras las cortinas en penumbra, pero muy atenta a lo que ha descubierto.La he visto moverse, una sombra, pequeñita, ella y su salto de cama no se atreven a salir afuera, pero no se quieren perder detalle. Mi voz derecha, el angelito ese vestido de blanco, carente de sexo, me dice que a dormir, pero el diablillo cabrón de mi voz izquierda me dice que ni hablar del peluquín, que hay cosas en la vida que todo ser humano tiene que disfrutar, y que tengo a toda una hembra en pleno apogeo ahí detrás de una cortina mirando a ver qué pasa.Me llevo la mano a la boca, chupándome toda la palma, y acto seguido desciendo lentamente, abriendo mis piernas, acariciándome unos genitales que vuelven a la vida, si cabe más majestuosos que antes.cinco, diez minutos de erección considerable y meneo constante, también de sombras que se ...

... mueven detrás de las cortinas, sombras a las que miro de reojo, simulando no saber que están ahí, no saber que me está mirando.Al final un orgasmo descomunal, con cascada incluida, leche que me sale a borbotones como si fuera la única de toda una semana, algún grito, hiperventilación... y la sombra sigue ahí, sin perderse detalle. Me levanto, aún medio titubeando, con el miembro todavía hinchado, me doy un garbeo por el patio estilo macho alfa que muestra paquete, mirando alrededor, y entro en casa.Como decía annibal smith: "me encanta que los planes salgan bien".Estoy más que seguro que la supuesta recatada de mi vecina entró en casa y si no fue al instante sería a la mañana siguiente, que puso a flote al marido ese que no la folla bien ni pretende hacerlo jamás, que lo montó como una posesa, estoy más que seguro que el marido flipó cuando le comieron el rabo hasta tocar la campanilla, y más flipó cuando en plena tarea le pusieron el dedo en el ano, o cualquier otra guarrada que a la buena mujer le viniera en gana.Estoy seguro que a día de hoy aún se masturba con el chorro de bidé o algún que otro truco de los que las mujeres no nos cuentan a los hombres.Y me encantaría saber dos cosas: una, lo que piensa ella, y dos, qué me dirá cuando nos crucemos abajo en la calle, tal y como se suelen cruzar las gentes que viven al lado de otras.