Mi papito y yo, - Relatos Eróticos

Mi papito y yo,

tres años, se fue con un extranjero y no supimos más de ella, yo tenía 12 años y medio.

Escuchaba a mi pobre padre llorar en las noches, al día siguiente me levantaba y preparaba el desayuno, él me llevaba a la escuela y se iba a su empresa. Me mandaba a buscar con un chofér en la tarde y nos reuníamos en su oficina, de ahí nos ibamos a la parcela en la cuál vivíamos.

Así pasaron dos años, yo iba a cumplir 15 años y él quería hacerme una fiesta especial, yo le pedí que no, solo quería estar con él y hacer un picnic a orillas del lago que bañaba nuestras tierras. Insistí e insistí hasta que aceptó.

Mi cumpleaños era en verano, la gente que podía llamarse vecinos a las 5 hectáreas que eran nuestras se iban al Caribe u otras playas, me encantaba bañarme desnuda en el lago.

Así terminadas las clases mi padre y yo nos quedábamos en nuestra casa, él dirigía desde ahí la empresa, una mujer iba tres veces a la semana a hacer aseo y las labores domésticas.

Justo, unos días antes de mi cumpleaños, estaba desnuda en el lago cuando sentí que alguien me observaba, pero no vi a nadie y seguí nadando.

Debo confesar que a veces yo espiaba a mi padre cuando se duchaba y me atraía su miembro potente, me daba un cosquilleo en mi rajita y quedaba mojada.

El día de mi cumpleaños me regaló un gran ramo de rosas rojas y dentro venía una gruesa pulsera de oro en forma de cadenas trenzadas.

Me colgué de su cuello y lo besé impulsiva ...

... en la boca. Sorprendido se alejó sin decir nada.

En la tarde yo ya había preparado todo para nuestro picnic y fuimos hacia la playa de grises arenas.

Él quedó en traje de baño y yo en un diminuto bikini, entramos a las frías aguas y nadamos, luego coqueta me saqué la parte de arriba del bikini. Lo miré y estaba con los ojos fijos en mis tetas, no me dijo nada.

Yo quería conquistarlo como mujer y así me pegué a su cuerpo soltando las amarras de mi calzón del bikini, que se fue flotando en el agua.

"Basta, que haces, eres mi hija!" dijo con la voz alterada

"Yo quiero ser tu mujer, anda, aquí no nos ve nadie, lo tienes duro" respondí a la vez que mi mano audaz se había metido en su pantalón de baño y acariciaba ese miembro tan admirado y deseado por mí.

Me tomó de la cintura y dijo:

"Esto no está bien, y sin embargo te deseo demasiado"

Así salimos del agua y en la manta que había traído, me hizo mujer!

Sí dolió un poco, pero fue muy dulce al penetrarme y yo estaba demasiado caliente para preocuparme del dolor.

Fue sublime, me encantó, sus besos en mi cuerpo entero me hacían gemir de placer.

Al finalizar le agradecí el regalo más bello de cumpleaños. Él me contó que varias veces me había visto bañarme desnuda y desde ahí sabía que mi cuerpo lo enloquecía.

Así pues me convertí en la amante de mi padre, no pienso en ningún otro hombre, solo lo quiero a él. Me cuida para no embarazarme y somos felices.