1. Follando a la guarra facilona de mi exnovia Agatha


    Fecha: 20/04/2021, Categorías: Sexo con Maduras Autor: zorro_en_celo, Fuente: CuentoRelatos

    Me llamó la guarra facilona de mi ex novia Agatha, porque se había enterado por fuentes muy bien informadas, que su actual novio se estaba tirando a una putilla de la discoteca a la que acudían con cierta asiduidad.
    
    Me explicó, que como hacía tiempo que lo habíamos dejado, para que ella se sintiera más morbosa hacía mí, yo debería ir vestido como un macarra y marcando paquete, para luego, después de haber jodido a tope y echado un buen "caliqueño", nos exhibiéramos en la discoteca en cuestión.
    
    Dicho y hecho, para ponerla cachonda, libidinosa, sicalíptica y salidorra, me vestí cual chulo y me puse el más procaz y libidinoso tanga de los que Agatha me había regalado durante nuestra relación y adicionalmente, para que fuera más real y creíble, necesitaba alguien que lo aseverara y circulamos en dirección a casa de una íntima suya, para que fuera testigo que de verdad habíamos jodido como seres en celo y no quedara en meras y huecas palabras solo para dar al otro botarate y mentecato en las narices y quedara como el corneador bien corneado y a tope.
    
    Me explicó mi ex novia Agatha, la dirección de su amiga y paseé en esa dirección hasta llegar a la fachada de la casa de su amiga. A los cinco minutos llegó ella, con pinta de señorona.
    
    Llamamos y nos abrió su amiga, me presentó como Rafael y me dijo que ella se llamaba Susana, me dio dos castos besos, hablé un poco con ella y al instante y sin perder tiempo, volamos a joder como dos seres calientes y ...
    ... obscenos.
    
    Mi exnovia Agatha, vestiría por fuera cual señorona, llevando un abrigo de piel, un vestido blanco de ganchillo, pero por dentro y dada la cita que íbamos que junto a sus "taconazos" aparentaba ser una fulana de burdel. Cuando cerramos la puerta, empezamos desordenada y alocadamente a comernos a besos, meternos mano viciosa y depravadamente y sobarnos con procacidad, lujuria y regodeo sexual y la guarra de Agatha exclamó:
    
    —¡ya tenía ganas de estar contigo así, cabrón!, ¡haz de mi tu zorra viciosa esta tarde! —bramó Agatha.
    
    —¡yo también te deseo, loba mía, y quiero que nos desbravemos a tope, puta guarra! —rugí yo.
    
    Agatha comenzó a desvestirme y al ver el obsceno y depravado tanga que yo llevaba me dijo:
    
    —eres un cabrón libidinoso, ese es el tanga que te compré en la tienda de bañadores cerca de la playa donde echamos aquel polvo que casi nos pillan. Te has acordado, cabronazo…
    
    —si —mostré— ¡me lo he puesto, porque intuía que te pondrías como una loba en celo, guarra! —agregué.
    
    La guarra de Agatha, se relamía de gusto porque se acordaba del casquete que echamos y que casi nos cuesta una multa por escándalo público. Me retiró un poco la tela del tanga y se volvió a relamer aún más, porque advirtió que me acababa de afeitar los cojones y el rabo e iba a deleitarse y embelesarse con mi enhiesta pero dura verga dentro de su siempre bullente coño y me alegraría la tarde al devorar y comerme el rabo y dejarse petar y entaponar como una pervertida buscona muy ...
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