1. Prestando a mi mujer


    Fecha: 16/04/2021, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cachonda. La abrazó y la empezó a sobar con su cuerpo, Mireya no se veía muy tensa, al contrario, se veía relajada y en pleno disfrute.
    
    Terminó la canción y Mireya se separó de él y se dirigió al baño. Como iba a pasar cerca de donde yo estaba, rápidamente me metí al baño y salí justo cuando ella iba a entrar al de damas. Me la topé de frente y me preguntó en dónde había estado, le dije que me había encontrado a otro amigo y que me había quedado platicando con él. Le pregunté si nuestro amigo ya se había ido y me dijo que no me hiciera el tonto, que seguramente yo había planeado ese encuentro porque Sergio estaba muy lanzado, que si eso es lo que quería, que me daría el gusto y de paso se lo daría ella, porque Sergio estaba muy bueno. Yo me quedé de a cuatro y ella se metió al baño. Me quedé esperándola ahí mismo pensando a mil por hora si debía dar el salto o negar todo y acabar ahí.
    
    Cuando ella salió y volvió conmigo, la abracé y le dije que no lo había planeado, que efectivamente yo fantaseaba con que ella se metiera con otro, pero que por ningún motivo quería que nuestro matrimonio se desquebrajara, que si en alguna ocasión, en realidad ella se metía con otro, que debía ser algo muy privado entre nosotros, en donde teníamos que estar de acuerdo los dos y que deberíamos estar seguros de nuestro amor y matrimonio, que las fantasías podrían quedar en eso, en simples fantasías y no necesariamente se tenían que hacer realidad. Ella me abrazó muy cariñosamente y me dijo ...
    ... que me quería muchísimo, que tanto le había insistido con mi fantasía, que la verdad le había metido el gusanito de cómo sería estar con otro hombre. Eso me excitó de sobremanera, porque ya no era yo sólo con el tema sino que ahora ya tenía una cómplice. Le dije que regresáramos y que viéramos cómo se iban comportando las cosas y que si ella decidía cualquier cosa, que yo la apoyaría y que si yo sentía que mejor no, ella también me apoyaría. Regresamos a la mesa y Sergio ya no estaba, nos sentamos y al rato apareció diciéndonos que había pensado que ya nos habíamos ido.
    
    Después de un rato de ver como Sergio continuaba con su labor de convencimiento con Mireya y de verdaderamente excitarme con la situación, le dije a Mireya que tenía que hacer unas llamadas y que saldría un rato, que si ella quería, me acompañara. Sergio me dijo con mirada de súplica que la dejara, que estaba en buenas manos, Mireya asintió y eso fue suficiente para saber que ella estaba de acuerdo y que nuestro plan tomaba una dirección. Me retiré un rato al lobby y me sentí muy excitado de pensar que mi esposa estaba con otro hombre y dispuesta a relacionarse con él. Después de cómo media hora más, salió Mireya sola y me encontró sentado en la entrada, yo rápidamente me puse el celular en la oreja y fingí que estaba hablando con alguien. Sonrió conmigo y me hizo una señal para que bajara el teléfono. Se sentó junto a mí y me dijo que se sentía nerviosa de la situación, que sí se le antojaba saber que se ...
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