1. Un despertar maravilloso


    Fecha: 15/04/2021, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Serëgon, Fuente: CuentoRelatos

    Comienzo esta maravillosa fantasía con una mujer y la escribo en primera persona, dirigida a ella, por lo que es "para ti"; con ello trato de quien lo lea se meta más en lo que ocurre.
    
    Espero que os guste.
    
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    Tras una larga siesta, me despierto. Abro los ojos lentamente y comienzo a mirar a mi alrededor, pero no sé qué observo si está todo oscuro. Mis sentidos todavía no se han activado. Siento mi brazo izquierdo dormido. Mientras voy recobrando el conocimiento poco a poco, logro notar tu respiración justo a mi lado. Estás a mi izquierda, acurrucada a mí, y mi brazo debajo de ti.
    
    Trato de sacar lentamente mi brazo de debajo de ti para no intentar despertarte, y tras conseguirlo, me acomodo y me acerco un poco más a ti. Consigo ver algo en la oscuridad ya que los ojos se me han acostumbrado. Tienes tu cara frente a la mía. Estás con la boca ligeramente abierta. Me quedo un buen rato observándote y me viene una idea.
    
    Si la beso y le acaricio, ¿se despertará? - pienso. Y si se diese el caso de que te despertaras, espero que no me sueltes una hostia y me quede sin sexo un mes. Bueno, qué más da, quien no arriesga no gana, ¿no? Pues eso hago. Te beso en los labios. Comienzo a acariciar tu espalda desnuda. Para mi sorpresa, no te despiertas, aunque quiero que lo hagas. No quiero terminar teniendo sexo contigo dormida, necesito que me hagas tus mil y una maravillas. Y por ello, me pongo sobre tu oído y te susurro tu nombre varias veces, ...
    ... pero sin dejar de masajear tu espalda.
    
    Abres los ojos paulatinamente, pestañeas unas veces y abres los ojos totalmente. Te sorprendes, pero noto una sonrisa en tu cara.
    
    “Buenos días, cielo”- me dices adormilada. Me besas y me acaricias la cara tras ello. Entonces, te cojo de las manos y las conduzco hasta mi zona abdominal, una vez las dejo ahí, las mías las llevo a tus caderas y comienzo a besarte con ganas.
    
    Llevamos un rato besándonos y tú dejas de tocar mis abdominales para ahora coger mi pene y das comienzo a una fantástica pero lenta masturbación. Notas que tengo el glande algo seco, así que te llevas los dedos a la boca, los lames y luego los frotas para humedecer la cabeza de mi pene. Das círculos con dos dedos, me gusta, me da cosquillas, pero a la vez placer y provocas que mi miembro comience a erectarse.
    
    Yo como no quiero ser menos, toco tu monte de Venus con una mano y con la otra voy palpando tus labios exteriores, jugueteo con ellos, paso mis dedos entre ellos, muevo mi mano arriba y abajo y así tocando también tu clítoris mientras que sigo con tu pequeño montículo. El tacto de toda tu zona sexual bien depilada es fantástico, todo tan suave y delicado. Es como tocar un mineral de talco, algo sorprendentemente suave.
    
    Después de tirarnos otro buen rato masturbándonos lentamente y de diferentes maneras, mientras que sincrónicamente nos besamos, te levantas de la cama y me pides que te siga. Te hago caso y me levanto.
    
    Terminas llevándome al baño. ...
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