1. Aquellas pajas


    Fecha: 09/04/2021, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Aún me hago pajas cuando recuerdo todas las cosas que me ocurrieron durante aquel mes de Agosto, cuando tenía doce años. En realidad todo empezó el verano anterior. Mis tíos me habían invitado a pasar un día en su casa de campo. Después de comer se fueron a dar un paseo y me quedé sólo con mi prima, que entonces tenía 17 años y mi primo de 16. Al poco de salir sus padres, mis primos se fueron a una de las dos habitaciones que tenía la casa y cerraron la puerta con cerrojo. Yo llamé con los nudillos y les pedí que me dejaran pasar, pero ellos me dijeron que fuera a ver la televisión. Al cabo de un rato, muerto de curiosidad, salí fuera de la casa (que solo tenía planta baja), la rodeé y fuí a la ventana de la habitación donde ellos estaban. Las ventanas de la casa no tenían persianas y aunque ellos habían cerrado las cortinas, habían dejado las ventanas abiertas por el calor que hacía. Con mucho cuidado aparté un poco la cortina por un lado y lo que vi me aceleró el pulso. La cabecera de la cama estaba justo debajo de la ventana. Mi primo estaba tumbado boca arriba mirando una revista porno. Tenía los pantalones y los calzoncillos bajados hasta las rodillas. Su hermana, sentada en la cama a su lado, le estaba haciendo una paja. Al cabo de un rato de menearsela mi primo dejó a un lado la revista y dijo "¿me enseñas las tetas?". Ella respondió quitándose la camiseta y el sujetador. (Aquí hay que decir que mi prima estaba y está buenísima y tiene un par de tetas de ensueño). ...
    ... El alargó un brazo y se puso a sobarle las tetas mientras ella continuaba subiendo y bajando la mano frenéticamente sobre su polla, sacando y metiendo el brillante y morado capullo en cada sacudida. Yo no estaba ni aun metro de distancia de ellos, así que vi con toda claridad cómo se había formado una gotita blanca en la punta de la polla. Mi primo suplicó "¿me dejas que te toque el culo mientras me corro?", a lo que ella respondió "está bien, pero no te acostumbres". (No hace falta decir quién llevaba las riendas en este juego). Ella se puso de rodillas sobre la cama, se recogió la falda hasta la cintura y tirando un poco de los elásticos de las bragas le miró a la cara con una sonrisa pícara y le preguntó con voz lasciva "¿no hace falta que me baje las bragas, verdad?". El respondió inmediátamente "¡sí porfavor!¡bájatelas!". Ella se giró poniendo el culo en dirección a la cabecera de la cama para que él lo viera bien (yo, por supuesto, compartí aquel regalo) e inclinándose un poco se bajó las bragas lentamente. Después volvió a cogerle la polla y continuó meneándosela. El, al principio con mano temblorosa, se puso a sobarle el culo. Un par de minutos después mi primo empezó a gemir y su polla empezó a soltar chorros de leche que mi prima recogía en un trapo que sujetaba en la otra mano y que había preparado para tal fin. Después mi prima se levantó y se colocó la ropa. Yo adiviné que la función había acabado y volví corriendo a entrar en la casa y a sentarme frente al ...
«1234...19»