1. Cortometraje


    Fecha: 07/04/2021, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos

    ... blusa, el sujetador, me sujeté el cabello en una graciosa cola arqueando mi espalda, adelantando mis gomosas tetas, y me arrodillé frente a su entrepierna; saqué su cipote de sus slips. "Qué caliente está, Rubén, no me vas a durar", observé; dicho esto, me lo metí en la boca y comencé a mamar despacio, con mimo, pasando mi lengua por debajo de su pene, o por encima, y volviéndomela a meter en la boca sin prisas; él metió una mano bajo mi barbilla para pellizcarme las tetas, esto sumado a las asfixias por sostener el pene entre mis labios hizo que mi chocho se mojara sobremanera, entretanto con la otra mano me sostenía la cabeza por la coronilla para controlar mi ritmo, hasta que la soltó y yo empecé a cabecear con ganas: su semen se vino a mi paladar y mi lengua con un chispazo eléctrico, inundando después hasta mi garganta. Yo escupí la polla de mi boca, miré a Rubén, a su cara, muy relajada, y engullí su semen sonoramente. "Rubén", dije después, "vaya corrida, macho."
    
    La mujer, sola. Un aseo angosto con lavabo, inodoro y plato de ducha separado por una cortina de material sintético. Hay gel, champú, mascarilla y aceite corporal en un anaquel cercano. Hay colgada una toalla de baño. También hay un pequeño canasto para ropa sucia. Es la una de la tarde:
    
    No he de negar que a mí también me gustó: llegué a mi casa con las braguitas empapadas. Así que entré en el cuartito de aseo con la idea de darme una ducha y mudarme de ropa interior. Me saqué la sudadera por la ...
    ... cabeza, mis tetas se sacudieron al liberarse de la presión del tejido; desabroché las hebillas de las sandalias para descalzarme; desabotoné mis pantalones de hilo y me los quité levantando una pierna primero y luego la otra; por último, me deshice de las braguitas, depositándolas en el canasto de la ropa sucia, no sin antes pasármelas por la nariz para oler mis propias secreciones, un olor acre y penetrante. Introduje mi brazo entre la cortina y una de las paredes y abrí el grifo del agua caliente: el vapor llenó el espacio del plato de ducha al principio, después todo el aseo. Me puse bajo el agua caliente y comencé a enjabonarme con la esponja. Empecé por mi cara, mi cuello, mis hombros... mi torso interrumpido por mis dos suaves y henchidas elevaciones provistas de carnosos pliegues; más tarde las piernas; meé y noté el tibio chorrito deslizarse en el interior de mis muslos; por último, prescindí de la esponja para asearme el pubis, pues con mis dedos tenía más precisión. Puse mi mano completamente encima de mi coño de manera que mi vello absorbiera la espuma y de este modo poder seguir frotándome. Apreté con dos de mis dedos mi rajita, y los hice recorrerla de arriba a abajo, pero un estremecimiento repentino hizo que dejara el gel por el momento y recurriera al telefonillo de la ducha, el cual descolgué, para poder hacer un urgente aclarado que me permitiera hacerme una paja pensando en Iván y en mí haciendo el amor en mi cama: él, montando sobre mí, haciéndome suya, dándome ...