El levante empieza en el restaurante - Relatos Eróticos

El levante empieza en el restaurante

... los tres muchachos que habían estado cerca en la playa. Se sentaron en una mesa cercana.El que estaba con esa malla verde ahora estaba de frente a Anita y no dejaba de mirarla. Después de un rato, mi mujercita me dijo que iba a intentar seducirlo a la distancia.Mientras hablaba conmigo, comenzó a hacerle caídas de ojos y a tocarse el pelo.Un poco más tarde me dijo que seguía muy caliente y que quería regresar cuanto antes al hotel para coger.Le dije que tuviera un poco más de paciencia y le sugerí que fuera al baño a quitarse la tanga.Me contestó que la tanga ya la tenía empapada y se le estaban endureciendo los pezones. Y no era por el aire acondicionado…Se levantó para ir al baño y se movió lentamente, balanceando sus caderas de manera felina. Todos los hombres en ese lugar interrumpieron lo que estaban haciendo al verla pasar.Un minuto después ese mismo flaco al que ella estaba tratando de provocar, se levantó y se dirigió al sector de los baños.Pude ver que justo al llegar al baño de damas salía mi mujercita, encontrándose de frente con este pibe.El flaco la arrinconó contra la pared y le comió la boca en un beso profundo de lengua. Ana por supuesto le contestó el beso sin siquiera intentar resistirse.El chico la abrazó mientras le comía la boca y comenzó a meterle mano por todos los rincones del voluptuoso cuerpo de mi esposa.De repente pude ver que el pibe sacó sus dedos de debajo de la falda de Ana; encontrando sus dedos humedecidos y la ausencia de una ...

... tanga.Entonces pareció transformarse. La aferró por la cintura y la arrastró dentro del baño de hombres; cerrando la puerta con llave.Pero unos segundos después la puerta volvió a abrirse y una Anita algo despeinada salió para acercarse a nuestra mesa.Vino a pedirme permiso para seguir adelante y sacarse la calentura con ese pendejo. Le sonreí y le hice un gesto en silencio.Entonces mi sensual mujercita regresó casi corriendo al baño.Media hora más tarde volvió a salir. Ella sola.Mientras se acercaba pude comprobar que se había retocado el peinado; pero tenía unas marcas oscuras en el cuello y los pezones todavía seguían endurecidos, tratando de salir a través de esa musculosa tan ajustada.Al llegar junto a mí verifiqué también que algo líquido brillaba en la penumbra y se deslizaba por la cara interna de sus muslos.Ana siguió mi mirada y sonrió, diciendo que no me preocupara, porque eso era semen fresco.Le pregunté si lo había pasado bien encerrada adentro de ese baño y respondió que sí; que muy bien; pero de todas maneras seguía bastante caliente.Me pidió que pagara la cuenta y regresáramos al hotel; el flaco iba a venir después de terminar su cena para seguir cogiéndola un rato más. Agregó que tenía una verga enorme y bien tiesa.Me advirtió que ya se le habían pasado las ganas de hacer un trío; con el tamaño de pija que calzaba ese chico ya no le hacía falta nada más.Largó una carcajada al decirme que podía quedarme a mirar… si me animaba a aguantar ver cómo ese pibe la cogía como ...